Petacchi sale del infierno y logra su decimoctavo triunfo en la Vuelta
Hace un año tuvo que retirarse tras romperse la mano al golpear el autobús de su equipo
La Comunidad Valenciana, una tierra rica en recursos, en ciclistas, en etapas de la Vuelta a España, acogió en Algemesí el final de una de esas jornadas que estaban escritas desde hace mucho tiempo. Ganaba en las calles de esta localidad Alessandro Petacchi, el hombre más rápido del mundo, un corredor que llena el solo cualquier discusión sobre ciclismo. Después de once etapas, el pelotón de la carrera, que no ha perdido muchas unidades, dormitó. El guión no sufrió alteraciones. Nadie se atrevió a desafiar un destino que era inalterable. Una escapada, el trabajo de Rabobank, el equipo del líder, Menchov, el control de las formaciones con 'sprinters'y la catarata final a cargo de este italiano que a los 33 años continúa conservando parte de la velocidad que le ha permitido tener reservado un hueco entre los más grandes arreglaron el día. Petacchi, que comenzó a enamorarse del ciclismo cuando vio a Giuseppe Saronni ganar los mundiales de Inglaterra en 1982, no sólo ganaba. También se ha reivindicado a nivel deportivo y personal después de un año muy traicionero. Es una persona melancólica, de aspecto triste en muchas ocasiones, acrecentado por los problemas que se encontró al finalizar el Giro del Italia por el uso de salbutamol, un producto que sirve para abrir las vías respiratorias. Alessandro es asmático y el salbutamol, dependiendo de las veces que se apriete el inhalador, arroja dósis más o menos altas, que a partir de cierta cantidad están prohibidas. La acusaron de dopaje. No pudo correr el Tour de Francia y tiene en suspenso una posible sanción de cuatro meses por parte del TAS. Todo eso le destrozó. A su forma de ser habitual se añadieron esos problemas. Petacchi llegó destruido a la Vuelta a Españay encima se encontró con un Freire en estado de gracia, pero aguantó: «He sufrido mucho durante la primera semana de la carrera. No estaba bien. El mes de agosto ha sido un infierno para mí, que sólo se hable de esta victoria, por favor». Vencía por delante de Paolo Bettini y de Erik Zabel, que le lanzó en la llegada después del trabajo de Milram, su equipo, una formación con la que no se sabe que va a pasar en 2008.