Rusia logra el pase a semifinales gracias a los tiros libres del final

Con los jugadores que ganan los partidos sudando tinta china para poder tirar a canasta con comodidad, el marcador bailó de un lado a otro. Primero un parcial de 7-0 para Rusia; luego, una pequeña remontada de los franceses para colocarse con cinco puntos arriba (18-23) y otra réplica de los rusos. En esta situación, los subalternos cobraron protagonismo para intentar desnivelar el marcador. Nikita Morgunov fue el desatascador ruso. Sus 14 puntos fueron decisivos. Andrei Kirilenko estaba desaparecido. El veterano jugador fue el único que contestó a los pívots franceses en la pintura con la ayuda de Khyrapa (16 puntos y 7 rebotes). Entre los dos mantuvieron a su equipo en el partido. Francia, por su parte, contestaba a base de triples. Tres consecutivos le dieron la mayor ventaja del partido (34-40). Apretó en defensa para conseguir romper el encuentro de una vez e irse en el marcador. Pero David Blatt ha conseguido que su equipo mantenga una gran fortaleza mental. A pesar de seguir abajo en el marcador y con su gran estrella desaparecida, Rusia insistía en sus ideas. Poco a poco remontó el partido gracias al juego de Savrasenkoy de Morgunov, y al acierto de Holden (15 puntos en más de 39 minutos en pista) y Khyrapa empataron una y otra vez a los franceses. Con el carrusel de faltas rápidas y tiros libres, Rusia logró el pase a semifinales por su mayor acierto.