España alcanza las semifinales tras darse un festín ante Alemania

España es un huracán imparable. El oro ya está a sólo dos pasos, tras arrollar a la vigente subcampeona de Europa con el brillante juego de equipo que la llevó a conquistar el título mundial. Este es el quinto Eurobasket consecutivo en el que la selección se clasifica para las semifinales, pero el primero en el que España camina con paso decidido y sin freno hacia el primer título continental de su historia. En la primera eliminatoria clave de 'su' Europeo, España sacó a relucir lo mejor de sí misma para propinar una paliza a Alemania, con una exhibición en defensa y ataque que dejó en ridículo al equipo de Nowitzki. Lo hizo con sus mejores armas, con el sello del mejor bloque del mundo, sin necesidad de que Gasol tuviese su mejor día: siete puntos y cinco rebotes en 26 minutos. Ante los germanos fue el grupo, dirigido por un Calderón espectacular en juego y carácter, el que destacó para vapulear a la limitada Alemania. La diferencia fue de escándalo en el segundo tiempo, nada menos que 37 puntos, pero con una primera máxima ventaja de 13 se cerró una primera parte que ya presagiaba algo grande. España, extra motivada por las ganas que le tenía a Alemania, pisó el acelerador al final de cada cuarto y dejó por primera vez en evidencia a un equipo que quedó limitado al máximo en ataque, al igual que su gran estrella, Nowitzki, con sólo 11 puntos y seis rebotes en 30 minutos y medio. Los germanos llegaron a empatar al principio del segundo parcial (20-20), al aprovecharse entonces de los reservas españoles, que se resarcieron en el último cuarto. Cuando llegó la única ocasión en la que España pasó en el comienzo algún apuro, Pepu decidió que volviesen a la pista los del quinteto titular, salvo Rudy, cuyo puesto fue ocupado entonces por Navarro, y España explotó en defensa y ataque. La 'Bomba', con dos triples consecutivos, el carácter y las penetraciones de Calderón, y la agresiva defensa española llevaron a España a firmar un parcial contundente. A ello se sumó el resurgir en la zona de Gasol, marcado en individual y perseguido sin descanso por Femerling, Arigbabu y Okulaja. «¡Que bote el pabellón!>, gritaba el Palacio cuando España se estaba cebando con Alemania (71-43) y cada acción ofensiva era una delicia para los espectadores. La sangría era tremenda, pero España, fiel a su estilo inconformista, siguió martilleando sin tregua. Ya era igual que jugasen titulares o suplentes, porque los campeones del mundo demostraron de nuevo que este banquillo español no tiene rival en el continente. Cabezas, Berni, Mumbrú, Garbajosa y Marc Gasol se cebaron en el último cuarto, para alcanzar una ventaja de escándalo (78-43). Todavía hubo tiempo para que Sergio Rodríguez también recuperase la confianza al dirigir al equipo en una recta final en la que España nunca quiso tomarse un respiro ante su asfixiado rival.