La FIA culpa a McLaren de espionaje y le deja sin el mundial de marcas
La Federación le impone una multa de 100 millones aunque no castiga a sus dos pilotos
El Consejo Mundial de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), compuesto por 25 miembros, decidió a última hora de ayer en París sancionar al equipo McLaren-Mercedes con la multa económica más elevada que se conoce en el la historia de la Fórmula 1, 100 millones de dólares (unos 72 millones de euros), por espiar los avances tecnológicos aplicados por su competidora Ferrari a sus bólidos. La escudería británica, considerada culpable de uso fraudulento de información, no tendrá que abonar en efectivo esa cifra, que será descontada de los derechos de televisión que le corresponden. Pero de la magnitud de la sanción da idea el hecho de que el presupuesto de todo el equipo para el campeonato de 2007 en disputa es de 450 millones de euros. McLaren-Mercedes pierde además todos los puntos obtenidos este año, lo que deja el mundial de constructores en manos de la firma de Maranello. Además, el equipo que dirige Ron Dennis será sometido a vigilancia especial durante 2008 para comprobar que no utiliza en su beneficio la información robada a Ferrari. En cambio, la resolución de la FIA deja indemnes a los pilotos de McLaren, que habían negociado con el gran jefe de la F-1, Bernie Ecclestone, su exculpación a cambio de colaborar en la investigación. Fernando Alonso y Lewis Hamilton podrán, por tanto, seguir disputando el mundial de pilotos con toda normalidad. Este mismo fin de semana lo harán en el circuito belga de Spa-Francorchamps, donde ya se encuentra el corredor asturiano, que pasó la jornada ajeno en apariencia a lo que ocurría en Paris. En cambio, el británico y Pedro Martínez de La Rosa viajaron hasta la capital francesa para testificar ante el consejo federativo. Larga reunión Además, el consejo escuchó los testimonios del patrón de Mclaren, Ron Dennis; del director de competición de Mercedes, Norbert Haug, el accionista de la escudería anglo-alemana Mansour Ojjeh y el director de operaciones Jonathan Neale. Después, declararon Jean Todt, jefe de Ferrari, y el ingeniero Ross Brawn, es compañero de Nigel Stepney, que fue quien sustrajo el informe de 780 folios que pasó al jefe de diseño de McLaren, Mike Coughlan. Para conocer la resolución hubo que esperar más de nueve horas de reunión, celebrada en la sede principal de la FIA en la Plaza de la Concordia de París. Portavoces de McLaren-Mercedes reconocieron durante toda la jornada que temían su expulsión del mundial por uno o dos años, extremo que luego no se concretó, aunque la sanción al final es de una dureza sin precedentes en la Fórmula 1. Hasta hoy, McLaren encabezaba el campeonato de marcas con 23 puntos de ventaja sobre Ferrari, ya ganadora porque su rival pierde todos los puntos acumulados. La escudería con sede en Woking dispone de 24 horas de para recurrir. Interrogado sobre si la resolución zanja de manera justa el espionaje que ha enfrentado a las dos principales marcas del mundial, el presidente de la FIA, Max Mosley, fue escueto: «Sí». Tras conocer la sanción, Mercedes emitió un comunicado en el que manifiesta su sorpresa por la sanción, promete luchar por el título de pilotos en la pista «como en Italia» y anticipa que «lucharán en los juzgados para que triunfe la justicia». Mientras, los responsables de Ferrari se dieron por satisfechos con la sanción porque ha permitido conocer la verdad y que los hechos denunciados atentaban contra el deporte. oEl británico Ron Dennis, patrón del equipo McLaren-Mercedes poco después de conocer se la sanción impuesta a su equipo que no tiene intención alguna de retirarse. «Mi futuro personal nunca ha estado en cuestión. Estoy muy comprometido con esta empresa y soy un apasionado de las carreras. No tengo absolutamente intención alguna de retirarme», señaló un Dennis bastante enojado. La escudería italiana Ferrari se mostró satisfecha por decisión del Consejo Mundial de multar y sancionar al equipo McLaren-y se declara «satisfecha porque la verdad ha salido a la luz». «Ferrari ha sabido que el equipo McLaren-Mercedes ha sido sancionado por haber violado el artículo 151c del Código Deportivo Internacional», señaló ayer la escudería en un comunicado oficial hecho público. El alemán Norbert Haug, máximo responsable del departamento deportivo de Mercedes declaró ayer que la escudería va «seguir luchando para que triunfe la justicia. «Este veredicto resulta chocante para todos los miembros del equipo y, como muestran las reacciones de la prensa y de los aficionados, también para muchas otras personas», señaló Haug. El español Joan Viladeprat, ex ingeniero de otros equipos de Mclaren y Mercedes, declaró ayer que la sanción impuesta al equipo McLaren Mercedes se ha tomado «para no fastidiar el espectáculo, ya que a los pilotos no les pasa nada. Esta sanción tiene más lógica que la que se hablaba inicialmente. Está más en la línea de la FIA, de no fastidiar el espectáculo». La sanción económica de 100 millones de dólares impuesta a la escudería Mclaren-Mercedes por el caso de espionaje a Ferrari, impuesta ayer por el Consejo Mundial del Deporte del Motor (WSMC), es la mayor en la historia del campeonato de Fórmula Uno, desde su creación en 1950. La multa supone el la cuarta parte del presupuesto de McLaren-Mercedes para la presente temporada (400 millones), el más alto de las once escuderías que compiten y de esos 100 millones de dólares hay que descontar el dinero que el equipo pierde por no poder ser campeón del mundo de constructores, por lo que la multa real ascendería a entre 20 y 30 millones de dólares. Mclaren-Mercedes había superado este año en presupuesto a Toyota, que había sido el mayor las últimas temporadas y este año se ha quedado en 393 millones, seguida por Honda, 382 millones; BMW Sauber, 378 millones y Ferrari, 329 millones. La sanción económica a Mclaren-Mercedes es superior a los presupuestos de las escuderías: Super Aguri (95 millones), Spyker (76), Red Bull (66) y Toro Rosso (66). La mayor sanción deportiva la impuso la FIA en 1984 cuando a tres carreras del final expulsó del mundial de Fórmula Uno a la escudería británica Tyrrell, que había sido campeona del mundo en 1971, y dejó sin puntos a sus dos pilotos por entonces.