España se impone a Grecia y hoy luchará contra Rusia por el oro

A España y a Grecia les hacía falta un duelo épico y por fin lo tuvieron, ayer en el Palacio de los Deportes de Madrid. Los helenos, cansados de verse vapuleados en los últimos tiempos por el combinado de Pepu Hernández, jugaron su mejor baloncesto de este Eurobasket y convirtieron el partido en una batalla. En esa tesitura, los españoles apretaron los dientes, aprendieron a sufrir sobre la marcha y se impusieron a sí mismos, a sus rivales y a la adversidad arbitrar. Hoy, la selección española que peleará por el oro continental con Rusia ( 21.30 horas, La Sexta ) será un equipo más grande y mas fuerte que el que inició el torneo hace ya doce días. La primera semifinal del Eurobasket mereció ser la final: en un rincón, el vigente campeón europeo, un combinado rocoso y fajado en mil contiendas deseoso de venganza; en el otro, el aspirante, un campeón del mundo acostumbrado en los últimos tiempos a ganar a sus rivales con una superioridad aplastante. Grecia impuso su guión. Forzó una pelea intensa, bronca; buscó con orgullo y carácter el cuerpo a cuerpo e incluso recurrió a los golpes bajos. España debió entregarse al límite frente a un rival crecido, que, pese a su supuesto cansancio, obligó a la campeona del mundo a un esfuerzo máximo. España demostró entonces por qué es el mejor equipo del planeta. En vista de que su tremendo potencial parecía insuficiente, puso sobre la cancha una casta que le ayudó a sobreponerse a todas las adversidades, y logró espolear a una afición que vivió un choque vibrante e inolvidable. Grecia, tocada en el segundo cuarto, llevó a España hasta el borde del precipicio en los minutos finales, pero los españoles, lanzados por un Calderón inmenso y con un brillante Navarro, sentenciaron el choque. No sólo como equipo, sino también en el terreno individual, los campeones mundiales fulminaron a las estrellas griegas, ya fundidas y con poca capacidad para remontar como hicieron un día antes frente a Eslovenia. Una prueba dura En un choque tan igualado y emocionante, Calderón fue el único capaz de romper a Grecia y lograr una ventaja de seis con un robo de balón y entrada a canasta que enloqueció al pabellón. Grecia, fiel a su estilo, nunca se rindió. En esos últimos segundos, la cabeza fría de los españoles resultó clave para acercarse a su primer europeo europeo. Atrás quedaron los momentos de agonía, porque Grecia fue siempre el poderoso rival que se esperaba, no el equipo que rehuyó el combate en la fase preliminar, sufrió en el inicio (37-26), pero recortó a dos en el descanso (41-39) y fue siempre el orgulloso campeón que se esperaba. La calidad individual del combinado español, el talento de Navarro y la serenidad de Calderón llevaron el triunfo a un equipo al que Grecia sometió a una dura prueba. Como hace un año, en Japón frente a Argentina, España la superó.