El equipo de Rijkaard se transforma en el nuevo Barça

Al margen del desencanto por la pérdida de la Liga, un asunto del que el barcelonismo no se olvida, a pesar del empeño que pone en ello Frank Rijkaard; el equipo azulgrana ha cambiado sustancialmente en unos meses: desde el papel actual de Ronaldinho a la solidez defensiva, pero también la preeminencia de Leo Messi, ya preparado para las más altas empresas. En unos cuantos partidos, el panorama es otro. El equipo no gira en torno a la genialidad de Ronaldinho, simplemente porque el brasileño no es el que era. El argentino Leo Messi ya no es el prometedor futbolista que apuntaba alto, es una realidad y está llamado a ser el jugador de referencia del futuro en el Barcelona. Siempre que entra en juego, revoluciona el fútbol del equipo. Es imprevisible, genial y, además, ve puerta con facilidad. Messi tiene un papel protagonista entre los mejores y ha pasado, de un año a otro, de ser un buen revulsivo a convertirse en futbolista fundamental. De un año a otro, el Barça de Rijkaard ha mejorado notablemente en su solidez defensiva. La llegada de defensas de contrastada calidad como Gabi Milito o Eric Abidal, junto con la aportación en el pivote defensivo del marfileño Touré Yayá, le han otorgado al Barça una fiabilidad de la que carecía, el equilibrio preciso.