Denis Menchov, el ciclista predestinado a llegar a lo más alto

En la Vuelta a España de 2004, en León, Eusebio Unzue ya sabía que una de las joyas de su equipo, Denis Menchov, iba a cambiar de aires. Estaban buscando un patrocinador, no tenían el futuro asegurado a largo plazo y Denis, el chaval al que habían cuidado con mimo, tenía un manager italiano que le llevó al Rabobank, con un contrato, entonces, de 130 millones de pesetas, y dos años asegurados. «Le habéis cuidado como oro en paño durante seis años y de lo mejor de su carrera se van a aprovechar otros» le comentamos a Eusebio Unzue. El técnico navarro nos miró y exclamó: «¡Qué le vamos a hacer!». Tanto él como Echavarri pensaban que en Menchov había un potencial ganador del Tour de Francia. Y eso, en ciclismo, son palabras mayores. Lo que no sabían es lo que podía tardar en explotar. Para triunfar en esa carrera se necesita tiempo. Menchov aportaba señales optimistas, algunas llamativas, como el undécimo puesto en el Tour de 2003 y el maillot blanco de mejor joven. También había ganado el Tour del Porvenir, una etapa del Dauphiné Liberé, la Vuelta al País Vasco, la Vuelta a Aragón o la etapa de la Vuelta a España que terminó en Morella. Pero no terminaba de despegar. El Tour se le resistía entonces. Tuvo problemas físicos en la carrera. Primero bronquitis y luego molestias en una rodilla, acabando sexto en 2006. Este año abandonó después de la enorme decepción que se llevó por lo que le hizo a Rasmussen su propio equipo. Menchov estaba predestinado a hacer algo grande en el mundo del ciclismo y continúa dando pasos importantes para conseguirlo. Ganar desde el principio En 1990, con 12 años, corrió su primera carrera, una contrarreloj de 5 kilómetros, que ganó. En Rusia funcionaban entonces las escuelas deportivas. Los técnicos viajaban por todo el país buscando promesas para encaminarles a los deportes para los que estaban más dotados. Uno de ellos le recomendó que practicase ciclismo, que estaba bien dotado para ese deporte. Del CSKA, equipo del ejército ruso pasó al equipo de aficionados del Lada-Samara. Fua ahí cuando su vida se cruzó con la de Echavarri y Unzúe por medio de Francis Lafargue, un ex jugador de rugby que vive cerca de Bayona, y que en 1982 fue reclutado por Echavarri para acudir al Tour como relaciones públicas. 1397124194