La afición se volcó con su ídolo, Fran

Parece que al equipo le va la marcha y que esta temporada piensa abonarse a partidos de infarto un día sí y otro también. El caso es que ayer todo llevaba camino de convertirse en una victoria plácidad para las huestes de Amaral, pero nada más lejos de la realidad. Está claro que en El Toralín no se puede tener un día tranquilo. El golazo con el que Óscar De Paula abría la cuenta anotadora era presagio de un triunfo más holgado que en verdad merecían los blanquiazules porque en la primera parte destaparon el tarro de sus esencias con el Palencia recostado contra las cuerdas. Pero no llegaron más goles y eso alimentó las esperanzas de los castellanos. Heridos como estaban después del desaire copero ante su público, los de Alfonso del Barrio se echaron al monte y lograron igualar un partido que veían distante. En ese mismo momento, la grada del Toralín percibió que era el momento de entrar en escena y empezó a empujar como antes lo había hecho el día del Conquense e incluso en la primera entrega de esta Liga frente al Logroñés. Ese empuje llegó al césped y fue así como un equipo que estaba quedándose sin aire en la zona medular, donde los palentinos habían construido su particular trinchera, encontró motivos para la reacción. Sin ser la tarde más inspirada de la Deportiva por la desubicación necesaria de muchas de sus piezas, los de Amaral tuvieron la suficiente lucidez como para encontrar a De Paula en los instantes finales, cuando además el contrario ya no puede reaccionar al mazazo de ninguna manera. Pero mucho antes de eso, la afición ponferradina ya había dado muestras del cariño que profesa a uno de sus jugadores más venerados. Fran Domínguez de los Ríos, el zamorano de oro que llevó con su golazo a la Deportiva a la Segunda División, está atravesando por auténtico calvario debido a la delicada salud de su pequeña hija que estos días cumplirá medio año de vida. La gente aprovechó su presencia en el palco para tributarle todo su cariño: «Todos somos el 7» rezaban las pancartas que se multiplicaban con su nombre: «Fran». No faltó el apoyo para José Luis González, al que alguien quiere apartar de la dirección de la Cruz Roja local.