Diario de León

Un gol de Saviola salva «in extremis» al Madrid de su primera derrota (1-1)

La valentía y la presión adelantada de un gran Valladolid hicieron tambalearse a los blancos Schuster: «Sabíamos que íbamos a sufrir, por eso tenemos que estar felices

Joaquín pidiendo perdón a los aficionados del Betis tras su gol

Joaquín pidiendo perdón a los aficionados del Betis tras su gol

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Nacho Bolívar | Antonio Gutiérrez - valladolid
León

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Con S neijder en el banquillo por aquello de las rotaciones, el Real Madrid se vio superado por un sobresaliente Valladolid pero salvó un punto 'in extremis' merced al oportunismo del recién entrado Saviola. El 'Pibito' evitó la derrota cuando nadie daba un céntimo ya por su maltrecho equipo. Pero eso tienen los grandes... y los humildes, que lo hicieron todo bien menos definir y mantener la concentración hasta el final. Mendilibar puede superar a Schuster en todos los apartados de su planteamiento, pero lo que no puede hacer es marcar, por ejemplo, el gol cantado que erró Llorente en el descuento. ¿Quién era el grande y quién venía de Segunda? Desde luego, si el Valladolid juega con ese ritmo y esa osadía toda la temporada, no sólo tiene la permanencia garantizada sino que puede aspirar a más a poco que acierte con el último pase y el remate. Y si el Madrid se muestra tan contemplativo, sufrirá y no siempre maquillará con resultados sus altibajos y vulnerabilidad defensiva. Sin el balón, sufre de mala manera. Con el ex madridista Borja inmenso en el centro del campo, una presión adelantada atosigante y Sisi y Sesma como puñales por banda, los pucelanos no dejaron respirar al rival en el magnífico primer tiempo. Fueron mucho mejores, pero el gol se cotiza caro. Ocurre, empero, que la forma de jugar del Valladolid genera muchos riesgos si el adversario consigue romper la presión en el centro del campo. Schuster lo vio y cambió las bandas con media hora todavía por delante. Prescindió de Robinho y Drenthe, mal tácticamente, y apostó por Robben e Higuaín. El holandés hizo un eslalon marca de la casa nada más salir pero en seguida se apagó. Sobre todo, retiró la pierna en los balones divididos. Otra buena respuesta de Butelle, ahora a tiro de Van Nistelrooy, y una internada mal acabada por Higuaín, presagiaban un gol blanco. Pero cuando el Valladolid peor lo pasaba, Pedro López agarró un zapatazo tremendo que se coló por la escuadra. El que más le 'encimaba' era Marcelo y estaba a unos cuatro metros. Pucela era una fiesta pero, en un despiste defensivo a la hora de salir al fuera de juego, Saviola no perdonó. Un punto que maquilla el mal partido merengue y no recompensa la valentía albivioleta.

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