Y surgió el espíritu Ademar (29-25)
Diez minutos vibrantes que recordaron al Ademar de las grandes citas, un Saric portentoso bajo los palos y un Stranovsky letal dieron a los leoneses la victoria en su debut europeo de la Liga de Campeones ante el Zagreb
«N unca subestimes el corazón de un equipo campeón». La frase -una de las más populares del deporte- la dijo el entrenador de la NBA Rudy Tomjanovich cuando a mediados de los años noventa su equipo, los Houston Rockets, remontó con casta y coraje una eliminatoria que tenía perdida para ceñirse su segundo anillo de la NBA. Salvando las distancias, el estreno de ayer del Ademar en la Liga de Campeones ante el Zagreb recordó esta famosa sentencia. Vistos los primeros veinte minutos de partido, ¿alguien daba opciones al Ademar?. Las caras de decepción que se veían en la grada decían claramente que no. Y el 6-10 que reflejaba el luminoso no invitaba precisamente al optimismo. Más bien todo lo contrario. La pegajosa defensa del Zagreg ahogaba el ataque leonés. Jerkovic era un muro en la portería croata y el lateral macedonio Lazarov un martillo pilón que acribillaba la meta defendida por Saric. Ya en el minuto 10, con un 2-5 desfavorable, Ribera pidió un tiempo muerto que no sirvió para enderezar el rumbo. Los goles del Ademar llegan con cuentagotas, fruto de arreones individuales de Aginagalde o Claus Jakobsen o de un magnífico Stranovsky desde el punto de penalti. El lanzamiento exterior del Ademar no aparece. Valcic no termina de soltar el brazo con confianza y Garralda está negado de cara a puerta. Todo pintaba negro. Corría el minuto veinte y... en eso surgió el viejo espíritu Ademar. Reacio a mover el banquillo, Ribera introdujo cambios y por fin dio con el equipo idóneo. Sarmiento tomó la batuta y los seis restantes: Castresana, Aginagalde, Laluska, Stranovsky y Denis comenzaron a sonar como una orquesta afinada. Del 6-10 se pasó en apenas dos minutos a un esperanzador 8-11. La grada despertó y empezó a animar con decibelios. En el minuto 24, el Zagreb empezó a dar síntomas de debilidad. El Ademar estaba a un tanto 10-11 gracias sobre todo a un portentoso Saric que paraba todo lo que llegaba a sus dominios. Martin empata a once en el 25 y Castresana pone por delante al Ademar segundos después. ¿Era ese el Zagreb que ha sido construido a golpe de talonario para pelear por la Champions? Parecía que no y si lo era el Ademar lo estaba doblegando de forma clam orosa. En la recta final la renta del Ademar crece hasta el 14-11 con que se llegó al descanso. Un parcial de 8-1 pone al Ademar en el camino del triunfo y al mismo tiempo insufla a la grada la adrenalina que necesitaba para transmitir su verdadera presencia a los jugadores. La segunda mitad se inicia con los grandes protagonistas de la noche: Saric le saca un balón increíble a Lazarov y Stranovsky perfora de nuevo las redes croatas para enlazar tres goles seguidos. El Ademar se marcha: 19-15 en el minuto diez con Laluska adquiriendo protagonismo ofensivo. El Ademar comienza a llevar el partido con suficiencia. Maneja en todo momentos rentas de cuatro y cinco goles. Incluso pudieron ser más si hubiesen jugado con más criterio los minutos finales. En todo caso. fue un triunfo de prestigio. El Ademara vuelve a pisar con fuerza en Europa.