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Publicado por
PEDRO CABALLERO
León

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PARAFRASEANDO al compañero Marro (en su sección semanal sobre Lucha Leonesa y algo más), pienso que ha llegado el momento de poner solución a los problemas que aquejan a nuestra Delegación Leonesa de Bolos. Constituida (¿) en su momento, con el apoyo del actual presidente de la Federación Española de Bolos, para suceder a la extinta Federación Leonesa de Bolos, pensábamos que eso sólo era un primer paso para tramitar la constitución de una nueva federación (de conformidad con la legislación de la Junta de Castilla y León). Pero hete aquí que la susodicha delegación ha venido a convertirse en un obstáculo más en contra de la organización y democratización de «los bolos». Ni ha habido una verdadera Junta Directiva, ni ha vuelto a haber más procesos electorales de renovación. En suma, pasamos de ser un «apéndice» de la Federación Territorial de Deportes Autóctonos a ser un «discípulo tonto y útil» de la Federación Española. En escrito dirigido, a través de la D.L.B., al señor Director General de Deportes y Juventud de la Junta de Castilla y León (de fecha 28-11-97), exponíamos entre otros puntos los siguientes: 1) con fecha 9-11-91 se aprueba el Estatuto de la «Federación de Castilla y León de Bolos», siendo el exponente uno de los miembros que procedió a su elaboración y tramitación. 2) Al amparo de lo dispuesto en la Orden de 26-11-90¿ con fecha 3-08-92 la Consejería de Cultura y Turismo dictamina que la Asociación denominada «Federación de Castilla y León de Bolos» tiene adaptados sus estatutos a lo dispuesto en la Ley 9/1990 de 22 de junio¿ 3) Con fecha 2-09-92 se inscribe en la Sección de Entidades, subsección tercera y número FCL-49, a la referida Federación¿ 4) No habiendo celebrado entonces el preceptivo Proceso Electoral¿ y teniendo intención de completar los trámites necesarios¿ La contestación a dicho escrito (creo recordar, y simplifico de memoria) sugería que «debíamos empezar de nuevo todos los trámites» (algo cuando menos paradójico y un tanto extraño). Ahí se quedó todo el intento de completar el proceso, con una buena dosis de desencanto y cierta dejadez por parte de los defensores de los bolos. Llegados a este punto, únicamente quedan dos soluciones: 1) Volver a la carga en el intento de constitución de la Federación Territorial de Bolos (desde la Ley actualizada de la Junta de Castilla y León); y 2) Formar una Federación Leonesa de Bolos (algo más problemático si nos atenemos a la legislación vigente). En todo caso, no debemos olvidar que las instituciones (Junta, Diputación, etc.) están para informar y colaborar con los ciudadanos, y no para promulgar leyes que «adoctrinen» y encorseten a sus subordinados sin que éstos puedan tomar sus propias decisiones en el ámbito deportivo, cultural, etc. En último término (y acudo de nuevo a Marro), si las instituciones son un estorbo en el proceso democratizador, tan sólo nos queda la «presión ciudadana y el compromiso social». Y ahí somos los jugadores de bolos quienes tenemos la última y definitiva palabra, por encima de cualquier pretensión caciquil y autoritaria. Se trata de defender una tradición ancestral, popular e histórica. En ese empeño, tenemos que poner todas las energías. Y a ello invitamos a todos los que, de verdad, quieren que los bolos se actualicen y se democraticen. Animo y¿ ¡a la acción!.