Un pírrico empate y... gracias

El Ademar sigue sin carburar. Se esperaba mucho del partido de ayer de Champions ante el Kadetten suizo. Fundamentalmente, saber si el equipo era capaz de enderezar el rumbo después de los dos últimos tropiezos en liga. Por desgracia no fue capaz. Lejos de disipar los nubarrones, el pobre empate firmado en el último segundo con un tiro agónico de Valcic, deja aún más incógnitas sobre el futuro más inmediato. El Ademar es ahora mismo un equipo frío y sin identidad. Sale frío a la cancha como si la cosa no fuera con ellos y, claro, lo acaban pagando. Ayer sin ir más lejos fueron a remolque de los entusiastas suizos todo el choque. Llegaron a perder de hasta seis goles. El 7-2 que reflejaba el marcador en el minuto diez es ilustrativo de quien mandaba en la pista. Los primeros treinta minutos d el Ademar fueron para olvidar. De lo peor que se le ha visto en mucho tiempo. La defensa fue un auténtico coladero como reflejan los 18 goles encajados. Saric no tuvo su noche, aunque lo cierto es que no estuvo nada arropado por sus compañeros. Con 16-11 dejó su puesto a Alilovic que al final haría uno de sus mejores partidos con el Ademar. Los suizos, sin ser nada del otro mundo, se movían por entre la defensa leonesa con una facilidad pasmosa. La mayor parte de sus tantos los lograron a bocajarro. Para colmo, sus extremos, en especial el joven Liniger, que conn 12 tantos, fue el gran azote del Ademar durante los sesenta minutos, sorprendían constantemente por rapidez a unos jugadores lentos, despitados y más preocupados en demasiadas ocasiones de protestar que de bajar a defender. En ese primer tiempo el Ademar sobrevivió a duras penas gracias a los arranques de Valcic y Stranovsky que impidieron que el Kadetten obtuviese ventajas escandalosas. Al final, el 18-15 abajo con que los leoneses se fueron al vestuario fue un resultado incluso suave para lo que se vio sobre la pista. Las caras con las que todos se fueron al vestuario ya hacían presagiar que habría una inyección general de «testiculina» para afrontar con otro espíritu la segunda mitad. Y algo hubo. Sin que fuese para lanzar cohetes, el equipo ofreció otra actitud. Para empezar, en ese periodo sólo encajó once goles frente a los 18 de los treinta minutos iniciales. Ya es algo. Evidentemente, la defensa estuvo más agresiva y más atenta, sobre todo en la parte central. Además, Alilovic estuvo acertado en la portería y en ataque se empezó a jugar con más criterio sin tantos lanzamientos atolondrados y sin posición como se hicieron en la primera mitad. En el minuto 15, Laluska adelantó por primera vez al Ademar en todo el partido: 23-24. Pero fue flor de un día. Liniger seguía a lo suyo y gracias a él, el Kadetten volvió a coger una pequeña ventaja. En ese momento, surgió la figura de Alilovic que hizo dos paradones a bocajarro impidiendo que los suizos rubricasen la victoria. Jakobsen empata a 28. Los helvéticos vuelven a adelantarse: 28-29. Quedan apenas seis segundos. Ademar ataca con todo. Valcic se levanta en el último segundo y su bola se cuela como un meteoro. Era el empate. Del mal... el menos. Portero Lateral Central Extremo Extremo