España se aferra a la historia Milo Abelleira sigue buscando su once ideal «¿Cuántas eurocopas hemos ganado con Raúl? Dime, cuántas»Dos partidos a Dida por suteatro

Con Hierro como debutante , España viajó ayer a Aarhus, la segunda ciudad más grande y el principal puerto de Dinamarca, confiada en que el peso de la historia marque de nuevo su ley y le permita salir victoriosa de la final que le aguarda mañana. Aunque el combinado de Luis esté con el agua al cuello desde el naufragio de Belfast, partirá con la ventaja psicológica que le conceden las estadísticas, esos números que, según proclaman técnicos y jugadores cuando les conviene, están precisamente para romperse. De nuevo, vikingos e hispanos coinciden en un baile que no permite dar pasos hacia atrás. España se ha convertido en las últimas décadas en un martillo pilón para Dinamarca. Le apartó de la final de la Eurocopa'84, la eliminó en los octavos de final del Mundial de México'86, con cuatro goles de Butragueño en su vuelo de Querétaro, y la dejó sin jugar el Mundial de Estados Unidos'94, gracias a un providencial gol en Sevilla de Hierro, que en este desplazamiento se estrena como director general deportivo de la Federación. Un tanto que no paran de recordar los daneses, indignados aún porque entienden que Bakero cometió falta previa. También coincidieron en el camino hacia el Europeo de Inglaterra'96 y ambos lograron el objetivo común ce clasificarse después de un empate en el Parken de Copenhague con ciertas sospechas de pacto de no agresión. 10 ocasiones victoriosas El caso es que han medido sus fuerzas en 15 ocasiones y España ha salido victoriosa en diez partidos, con tres empates, dos de ellos resueltos con triunfo hispano en los penaltis, y sólo dos derrotas. En total, 28 goles a favor y 14 encajados. En sus visitas al país nórdico, los precedentes están más equilibrados, ya el combinado español cosechó una victoria, dos empates y una derrota. Esos encuentros siempre se celebraron en Copenhague y no en Aarhus, un exilio forzado para los daneses por la sanción que les impuso la Uefa como consecuencia del ataque sufrido por el colegiado alemán Herbert Fandel, víctima de un borracho que se fue como un poseso hacia él cuando, con 3-3 en el marcador, expulsó a Poulsen por agresión e indicó penalti a favor de los archirrivales suecos. Antes de volar, los hombres de Luis Aragonés celebraron un entrenamiento a puerta cerrada en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas que bien podría dar con la clave sobre el equipo titular. El técnico aprovechó para probar por vez primera con once. Ensayó movimientos y sorprendió no ver a Puyol, quien acaba de superar una larga lesión de rodilla, sufrió una pequeña contractura en Stuttgart y no tiene las mejores sensaciones, y tampoco a Silva, que arrastra desde hace tiempo ligeras molestias en el tobillo y no ha descansado en este arranque de curso. Según aclaró el médico, ambos están aptos para jugar y, por tanto, la decisión es sólo técnica. El caso es que Aragonés situó al debutante Albiol como compañero de Marchena en el centro de la defensa valenciana, tiró a Iniesta hacia la izquierda, apostó por Joaquín muy abierto a la derecha y, como principal novedad, colocó a Cesc por detrás de Torres. Y es que la baja de Villa abre el abanico de posibilidades para Luis, quien confiesa que debe de estar «más lúcido que nunca» y tiene claro que jugará con sólo un delantero definido aunque él se refiera a un dibujo 4-3-3. ¿Xavi, Iniesta y Cesc? El de Hortaleza tiene la última palabra, pero en el único entrenamiento en el que trabajó con un equipo al completo apostó por Iker, Salgado, Albiol, Marchena, Capdevila, Albelda, Xavi, Cesc, Joaquín, Torres e Iniesta. Lo nunca visto en el momento decisivo. El entrenador de la Cultural, Milo Abelleira, sigue buscando su «once ideal». Ayer, durante el entrenamiento de la tarde, no pudo dar con él, en parte debido a que Pablo Suárez tuvo que retirarse del campo aquejado de su lesión en el gemelo. Abelleira no sabe aún si será baja en el partido del domingo contra el Real Unión (estadio El Gal de Irún, 18.00 horas) pero, por si acaso, probó formación con Cristóbal e Israel. Sin haber decidido la alineación del próximo partido, Abelleira se inclina por la que ha conseguido los dos triunfos más rotundos de la temporada: contra el Real Sociedad (tres goles a cero) y contra el Guadalajara (dos tantos por ninguno del rival). Abelleira cree sin embargo que la Cultural tiene plantilla suficiente para hacer un buen equipo sin necesidad de depender de los titulares habituales. Y, aún más, le gusta que sus jugadores se esfuercen para ganarse un lugar en el césped. «Es bueno que haya competencia por el puesto, que los jugadores luchen hasta el sábado, hasta el mismo momento en que se decide la formación», dice el técnico del equipo leonés. Esa ambición es la que hace grande un proyecto, cree Abelleira. Si el cansancio y las lesiones no lo frustran. La sombra de Raúl se proyectó otra vez sobre Luis Aragonés. Esta vez no fueron periodistas, ni pancartas, sino un pobre afici onado el que desató las iras del Sabio . Al finalizar el entrenamiento vespertino en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, los jugadores y a veces el cuerpo técnico se acercan a las gradas. El seleccionador acudió a la valla y respondió a preguntas de un reportero del programa Buenafuente (La Sexta). Mientras, un aficionado le increpaba sobre la ausencia de Raúl. Y Aragonés estalló. «¿Sabes a cuántos Mundiales ha ido Raúl?», le espetó enfadado el técnico. «A tres», respondió ante el azorado hincha. «¿Y sabes a cuántas Eurocopas ha ido?», insistió el técnico. «A dos», apuntó gesticulando. Y para rematar, repitió en tres ocasiones: «Dime las que hemos ganado, dime». Pero el aficionado, recuperado de la avalancha inicial, se vino a arriba y no se arrugó ante el técnico. Le contestó que la falta de títulos «no será por culpa de Raúl». Aragonés replicó: «No, sólo digo a cuántas (competiciones) ha ido. A cinco, y cuántas hemos ganado». La discusión se quedó ahí. Aragonés se marchó mascullando una frase a la que ha cogido cariño («La culpa la tiene la prensa») durante la concentración para el partido contra Dinamarca en Aarhus. El portero brasileño del Milan, Dida, fue suspendido por dos partidos por haber simulado una lesión en Celtic Park. Durante la segunda jornada de la fase de series de la Liga de Campeones, el 3 de octubre , en que Celtic se impuso 2-1 a los lombardos, Dida salió del campo en camilla tras haber sido apenas tocado por el hincha escocés que entró al césped. El propio entrenador de los milaneses, Carlo Ancelotti, había reconocido que su pupilo «exageró». Y así lo recoge la Uefa, con su sanción. El equipo escocés, por su parte, fue multado con 35.760 euros por la intrusión de un jugador.