El destino se lo debía
Hace apenas tres semanas, Claus Jakobsen, el héroe ayer falló en el último segundo el penalti que pudo evitar la derrota del Ademar ante el Torrevieja y que desencadenó la pasada crisis
El destino tenía una pequeña deuda pendiente con uno de los mejores jugadores del Ademar. Hace apenas tres semanas el danés Claus Jakobsen fallaba en el último segundo el penalti que certificaba la dolorosa derrota del Ademar en casa ante el Torrevieja. Fue cruel porque Claus había sido el mejor de aquel partido con once goles. Falló el último. El decisivo. Y el Ademar abrió su cuenta de derrotas con una que no supuso sólo perder dos puntos, supuso también el inicio de una crisis por fortuna ya superada. Ayer el destino volvió a dar una nueva oportnidad a Jakobsen y esta vez le sonrió. «Me gusta jugar estos partidos con mucha chispa y contra rivales buenos. Me encanta jugar partidos igualados donde cualquier acción puede ser decisiva. Bien es cierto que hay que tener muchísima suerte para hacer un gol como este pero me gusta asumir la responsabilidad. A veces me va bien y a veces mal como cuando fallé el penalti ante el Torrevieja. Pero así es el deporte», manifestó Jakobsen para poner de manifiesto la mentalidad de los nórdicos en una cancha. Sobre el lanzamiento dijo que en ese momento él tenía el balón en sus manos y que decidió probar suerte. Hizo bien.