Adiós a las opciones de revalidar el título a falta de 18 vueltas

El español seguía siendo entonces el campeón, pero quedaban todavía muchas vueltas para el final. En McLaren decidieron cambiar la táctica de Hamilton, ya que le quedaban mínimas posibilidades. Le hicieron entrar antes de tiempo y así tendría que hacer un total de paradas en boxes. Alonso seguiría igual. Massa entró por segunda vez y colocó el compuesto superblando. Alonso lo hizo detrás. Pero lo peor es que Raikkonen permaneció en pista algún tiempo más, el justo para que al reincorporarse a la carrera lo hiciera por delante de su compañero. El campeonato ya estaba en sus manos. Quedaban todavía 18 vueltas para ver la bandera a cuadros, y Alonso ahí sí que tenía que cruzar los dedos. No dio ningún resultado. Raikkonen cruzó la meta en primera posición y sumaba 10 puntos, lo que le convertían, con 110, en flamante campeón por primera vez en su carrera deportiva. Massa fue segundo, aunque su lugar no importaba. Sí el de Alonso, que fue tercero y sumaba 109 puntos. Pero otro que también preocupaba y mucho era Hamilton, que con el séptimo lugar empataba con Alonso y, con mejores resultados durante la temporada que su compañero -cinco segundos puestos frente a cuatro del asturiano-, se hacía con el subcampeonato. Empecinamiento de McLaren La escudería McLaren-Mercedes tendría que reconocer que ha pasado un 'annus horribilis' muy particular. Su empecinamiento en que los dos pilotos tuvieran una total igualdad les llevó a este final. Perdieron el título de constructores debido al asunto tan hablado de los espías y finalmente el de pilotos. Ron Dennis esta vez debe haber aprendido la lección de que tiene que haber un primero y un segundo piloto. De esa forma no hubiera perdido el título mundial ni se lo hubiese dado en bandeja a Ferrari. La escudería italiana tiene que estar muy contenta de lo que han hecho sus rivales. Lo tenían complicado, y al final se han llevado los dos campeonatos. El de constructores por la sanción recibida en McLaren, no sólo económica, sino también de pérdida de todos los puntos. El de pilotos fue casi en el límite, pero es lo que cuenta. Ferrari supo hacer frente a todas las dificultades. La unidad del equipo ha sido notoria en todo momento, y trabajar como una piña ha dado estos buenos resultados. Nadie puede decir que la actuación en pista en la carrera de Brasil fue en algún momento sucia. De ninguna forma. Todo el mundo tenía claro que Raikkonen tenía que ganar. Era su única posibilidad de proclamarse campeón. Entró Massa en boxes antes que Raikkonen, el finlandés permaneció unas vueltas más en pista, y eso fue todo. Salió por delante de su compañero y automáticamente se convertía en campeón. Sólo le faltaba completar las últimas vueltas y esperar que Alonso no superase a Massa. Eso no ocurrió y Raikkonen se llevó los laureles en la carrera definitiva y con ello lograba un entorchado cuando todos pensaban que era el menos favorito de los tres candidatos para llevarse el mundial en su primer año en la escudería Ferrari.