El Barça malgasta su dominio (0-0)

El Barça perdió una excelente oportunidad para dejar casi sentenciado su pase a la siguiente fase de la Liga de Campeones tras ser incapaz de derrotar al Glasgow Rangers (0-0). Los azulgrana tuvieron el dominio y las ocasiones, pero adolecieron de la contundencia necesaria para desarbolar a un conjunto escocés decidido a conservar el empate inicial. Llegaba el Barça a Ibrox Park con el corazón dañado. La medular estaba rota por todos los costados. Hacía falta tirar del pasado para recordar a Gudjohnsen desenvolviéndose como centrocampista. El islandés no ocupaba esa posición desde su carrera en el Chelsea. Rijkaard estuvo previsible con su titularidad. Menos lo estuvo con la entrada en el once inicial de Thuram, ya que suponía relegar a Puyol al lateral. Caprichos del destino, ambos fraguaron una excelente primera mitad. Puyol y Gudjohnsen le dieron al Barça el toque de improvisación necesaria para sorprender a un Rangers parapetado alrededor de su área pequeña. Nueve jugadores se situaban delante de McGregor para atajar a los azulgrana. Una maraña de defensores quebrada en diversas ocasiones por la ofensiva visitante. Gudjohnsen abrió la veda rematando con la cabeza un saque de esquina. Una contra mal resuelta por Messi y un posterior lanzamiento de falta de Ronaldinho que se estrelló en el larguero de la meta escocesa enfriaron los ánimos locales. Unos bríos que Puyol estuvo a un tris de congelar tras un escorzo aéreo que McGregor sacó de su escuadra. El Barça dominaba con serenidad a un Rangers muy temeroso. Su única ambición pasaba por contener a los azulgrana y lanzar un zambombazo para que Novo o Cousin se buscasen la vida. Suerte para los escoceses que el austriaco Plautz se tragaría una pena máxima cometida por Hutton tras desviar con el brazo de Hutton a disparo de Ronaldinho. Dominio visitante La segunda mitad agudizó la sensación de dominio azulgrana. El Barça era el único equipo capaz de generar peligro aunque le faltaba una pizca de ingenio para desarbolar la muralla escocesa. Al Barça le estaba faltando decisión. Capacidad letal. Hambre de victoria. La acumulación de ocasiones no se concretaba. Henry malograba un claro cabezazo cuando el Rangers intentaba desperezarse con un par de centros que merodearon la portería de Valdés. Tanto desperdicio azulgrana había renovado los bríos locales. El Barça languideció y firmó un empate mediocre.