Diario de León

OPINIÓN

Días de mucho, vísperas de nada

Publicado por
PEDRO VIZCAY
León

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LOS ESTUPENDOS resultados conseguidos en la apertura de la temporada de caza se han debido sin duda a la inusual abundancia de perdices, pero también a la coincidencia de la apertura con un día magnífico para cazar. Después de haber volado los bandos durante la mañana, con la helada y el frío, a partir de las doce el sol ha calentado haciendo que las «patirrojas» se achiquen y salgan a tiro. En estas condiciones todo cazador que se precie debe moderar su ansia de cazar y comprender que la temporada no termina hasta finales de enero y que ni pueden ni deben matarse todas el primer día. En muchos acotados se ha establecido un cupo de dos o tres perdices por escopeta, lo que habida cuenta que al final se reparten entre la cuadrilla, permite a los mejores tiradores abatir media docena de aves, suficiente. En otros acotados, sin embargo, no existe cupo y me consta que se han realizado masacres de diez o doce perdices por cazador. Un bando de doce o trece perdices apeonando en el campo son todo un mundo, en el maletero del coche no son nada. Valgan estas reflexiones para que, si ello es posible, algunos comiencen a tomar conciencia de que, si queremos cazar en el futuro, debemos preservar la caza. No es justa en la mayoría de los casos la opinión generalizada en la sociedad de que los cazadores son unos depredadores con muy pocos escrúpulos. Afortunadamente cada vez hay mas conservacionistas en el colectivo. La actitud de la otra minoría que exhibe sin el mas mínimo pudor perchas de diez o doce perdices en una sola jornada, estropea todo el esfuerzo de los auténticos cazadores deportivos. La frase «si no las mato yo otro lo hará» no sirve en estos casos. La temporada es larga y llegar al final divirtiéndose y con garantías de una buena reproducción será el mejor trofeo.

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