Diario de León

Fútbol | Segunda División B

«El león del escudo representa la garra que el equipo no tiene»

Domingo Cueto recuerda a la plantilla y al cuerpo técnico de la Cultural que cada miembro del equipo «tiene su responsabilidad» y como cualquier empresa «se rige por resultados»

León

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El primer toque de atención al entrenador de la Cultural, Milo Abelleira, llegó tras el partido del domingo frente al Burgos CF. «Pediremos explicaciones a Milo de las causas por las que el equipo no acaba de funcionar», razonó el presidente de la Cultural, Domingo Cueto, nada más acabar el partido ante el equipo castellano. Antonio García de Celis y Dionisio Elías, hombres fuertes del consejo de administración de la Cultural, confirmaron las palabras de su presidente. Según manifestaciones del propio entrenador Abelleira tras el partido ante el Burgos CF, «el equipo está plano». En efecto, da la impresión de que el banquillo no transmite lo que necesita el grupo o que la plantilla no entiende los conceptos futbolísticos del entrenador gallego. Lo único claro es que el equipo no arranca. Y lo que es peor, la afición piensa que se ha vuelto a jugar con su ilusión una temporada más. «La ilusión por el fútbol se está perdiendo en la ciudad, porque cada temporada sufrimos una nueva decepción», testimonia Manuel Ferrajón, uno de los socios más antiguos de la Cultural, que cada vez es más pesimista con ver otra vez a la Cultural en Segunda División. «No es igual entrenar a la Cultural que a un filial. No se puede andar con experimentos en cada jornada», matiza el fiel seguidor leonés. El consejo de administración, por su parte, está muy preocupado, desde la responsabilidad, por la marcha del equipo. «Hemos hecho todo lo que estaba en nuestras manos para dar a Milo el equipo que pidió y la imagen a estas alturas de la temporada es muy pobre», matiza el presidente de la Cultural Domingo Cueto, que deja también muy claro: «No hay ningún ultimátum a Milo Abelleira, pero aquí ganamos y perdemos todos, porque cualquier empresa exige resultados a sus empleados. Aquí cada uno tiene su grado responsabilidad y debe responder por ella». A Milo Abelleira y a sus jugadores les corresponde enmendar la pobre imagen y el escaso juego demostrado sobre el campo, porque de lo contrario deberán dar explicaciones no sólo al consejo en sus habituales reuniones semanales, sino también a la afición, que esta vez tiene muy claro que los dirigentes de la sociedad anónima deportiva han puesto todo de su parte para que el proyecto funcione. La grada se queja de que los futbolistas no meten el pie en un grupo tan físico como el segundo y que tampoco acuden a la segunda jugada. El consejo de administración da la razón a la hinchada: «Hay una falta de actitud y lucha alarmante por parte de algunos jugadores. En este aspecto la responsabilidad la tiene el entrenador. Todos tienen que saber que el león del escudo de la Cultural representa la garra de esta tierra que el equipo no tiene». «Milo debe transmitir seguridad y no dudas, porque desde el consejo se le dio toda la seguridad al firmarle tres años. Confió en su grupo de jugadores que no le está sabiendo responder en su misma medida», concluye el consejo.

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