Diario de León

De pesadilla a gran sueño

El cambio radical experimentado por la Selección tras las últimas victorias ante Dinamarca y Suecia, hace que muchos vean a «la Roja» con fundadas opciones para ganar la Eurocopa Una web da la posibilidad a los cibernautas de comprar un equipo

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Ignacio Tylko - madrid
León

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Ni los más optimistas del lugar, ni siquiera un Luis Aragonés que siempre se declaró esperanzado, pero estuvo a punto de arrojar la toalla tras la debacle de Belfast, que hace 14 meses dejó como víctimas a Raúl y Míchel Salgado, podían imaginarse entonces que la selección española cerraría con tanta brillantez la clasificación para su octava Eurocopa, cuarta consecutiva. Mucho menos aún cuando cayó en Suecia y España sumaba dos derrotas y un triunfo intrascendente, ante la «tercermundista» Liechtenstein, después de tres jornadas entre tinieblas. Pero se hizo la luz, se salió del túnel en un 2007 que arrojó siete victorias y un empate en duelos de competición oficial, y ahora todos coinciden en que soñar es gratis, que este equipo tiene argumentos sobrados para competir de tú a tú contra los mejores, y que los futbolistas respaldan de nuevo a su «abuelo», a un entrenador que cumplirá 70 años el verano próximo y que desde hace tiempo se puso fecha de caducidad tras el campeonato continental. Aunque terminase como líder de grupo, España no será cabeza de serie en el sorteo para la fase final que se celebrará el próximo domingo en Lucerna. En principio, la UEFA tiene en cuenta la media de puntos de las dos últimas fases de clasificación y no hay que olvidarse de que la selección de Iñaki Sáez entró en el campeonato de Portugal'04 por vía de la repesca. Y, además, Suiza y Austria acceden al primer bombo por su condición de anfitriones. Depresión postmundialista España entró en crisis tras el Mundial. La derrota en octavos ante Francia, unida a los problemas de convivencia surgidos entre el «7» y Luis durante el certamen alemán, dejaron secuelas. Un pobre empate a nada en un amistoso celebrado en agosto ante Islandia y esa goleada sin lustre ante Liechtenstein no cicatrizaron las heridas, agravadas cuando España dejó escapar un partido que tuvo varias veces ganado en el Windsor Park de Belfast. Healy encontró un chollo con los españoles, convirtió en gol todo lo que tocó y permitió que su afición cerrase el partido a los sones del «Sweet Caroline». El regreso fue tremendo. La prensa y los políticos metidos a aficionados pidieron la cabeza de un técnico atribulado que presentó una extraña «dimisión con connotaciones» no aceptada por Villar. El de Hortaleza quería irse, pero no gratis. Y el alto dirigente, para bien y para mal, muy diferente a los presidentes de clubes al uso, no negociaba ninguna destitución encubierta. En situación crítica, Luis tomó decisiones, sacó el bisturí y «extirpó» a Raúl y Salgado. La derrota sin paliativos en Suecia (2-0) entraba dentro de lo posible, pero hizo que arreciaran las críticas. Del Bosque, Camacho, Irureta..., los rumores se sucedían sobre el banquillo y el ambiente era insostenible, pero Villar y Luis seguían erre que erre. El triunfo en el amistoso de Murcia ante Argentina, donde se lesionó de gravedad Maxi en un césped horrible, apenas mitigó la crisis. Emerge Iniesta España recuperó sus constantes vitales de forma paulatina, aunque perdió ante Rumanía en un amistoso que la simpática afición de Cádiz se tomó a chirigota. En esas circunstancias, el partido ante Inglaterra de Old Trafford parecía programado por el enemigo pero, cosas del destino, se convirtió en un punto de inflexión por dos motivos: se ganó y emergió Iniesta en la selección, ya que marcó un golazo y comenzó a ejercer con galones. Volvió a marcar otra diana decisiva ante Islandia, en Mallorca, también en Riga, luego en Reikiavik y este sábado frente a los suecos firmó un zurdazo magistral que dejo boquiabierto el Bernabéu. Cinco goles como cinco soles. Todavía sin convencer y con broncas como la provocada por el seleccionador en Oviedo, donde ordenó el entrenamiento previo al choque ante Letonia a puerta cerrada y tras el partido huyó a la carrera y sin hablar, la selección comenzó a ganarlo todo. Este año sólo ha «pinchado» en un triste empate de Islandia, marcado por la expulsión de Xabi Alonso a los 20 minutos. Nuevo dibujo La moral de todos, incluido Luis, creció con la victoria del 13 de octubre en Aarhus. Se había lesionado Villa, Torres se rompió la víspera y todo pintaba mal. Pero apareció Tamudo. Con el nuevo 4-1-4-1, muy alejado del 4-3-3 que Luis utilizó en el Mundial, España completó un partido espléndido, salvó un «match ball», ganó 1-3 y elevó su autoestima. Luis repitió dibujo ante los suecos y la selección ganó sin despeinarse. Dos bailes festivos que se contraponen a aquellos amagos de dimisión no tan lejanos. Luego, cena íntima camino de Las Rozas y día libre hasta la medianoche del domingo. En Las Palmas, ante los norirlandeses, fiesta y oportunidad de los suplentes para reivindicar plaza en la Eurocopa. Allí, salvo que haga una temporada memorable y consiga el «Pichichi», no estará Raúl. El técnico está convencido de que ha vuelto a hacer grupo y de que dirige un equipo magnífico, pequeño pero rebosante de calidad en un centro del campo, en el que hay que creer.

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