Diario de León

Fútbol | Segunda División B

Otros dos puntos que se van (1-1)

La Deportiva ve cómo Osasuna B le empata el partido a falta de cinco segundos para el final y eso después de haber jugado en inferioridad durante una hora por la expulsión de Cabrero

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Josechu Malpaso - pamplona
León

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Hay maneras dolorosas de dejar escapar unos puntos que casi se tenían ya en el casillero, pero sin duda la que ayer vivieron los jugadores de la Ponferradina es de las peores. Y es que los de Amaral hicieron lo mas difícil, se pusieron pronto por delante y aguantaron el resultado durante mas de una hora en inferioridad numérica tras la expulsión del portero Cabrero. Sin embargo, cuando el reloj marcaba ya el minuto 93 y la victoria parecía segura, el local Jorge Rodríguez aguó la fiesta a los bercianos al empatar el partido con una preciosa vaselina desde fuera del área. La igualada fue un auténtico jarro de agua fría para el conjunto de Amaral, que volvió a recordar el encuentro en Logroño y que ve, así, como sus rivales se acercan peligrosamente en la tabla clasificatoria. Y es que, además, ayer la Ponferradina no mereció perder, aunque bien es cierto que el equipo perdonó en la segunda parte dos ocasiones clarísimas y eso, a la larga, casi siempre se acaba pagando. No empezó bien el encuentro para la Ponferradina que de entrada se encontró con un Osasuna Promesas muy ofensivo que se lanzó pronto a por el partido. Y es que los locales tenían claro que había que sorprender al líder antes de que le diese tiempo a asentarse y así, primero fue Vega quién pudo marcar al cuarto de hora tras quedarse solo delante del portero, pero Cabrero le ganó la partida y evitó el gol. Tres minutos después Samuel probó suerte en un rechace pero Nacho mandó a corner. El partido se pone de cara El Osasuna B presionaba, pero sin embargo fueron los bercianos quienes encontraron el gol evidenciando su gran calidad individual. Así, en la primera llegada al área, la Ponferradina puso el 0-1 al cabecear De Paula a al red un córner botado por Fran. Era el minuto 21 de partido y parecía que las cosas se ponían muy de cara para el conjunto de Amaral, que tras el gol siguió dejando el control a su rival. Los navarros, por su parte, no bajaron los brazos y lo siguieron intentando, llegando con cierto peligro hasta el área berciana, aunque sin poner en verdaderos apuros a Cabrero. Pero las cosas iban a cambiar al cumplirse la media hora de juego. El local Vega volvió a quedarse solo delante del guardameta berciano, que ante la evidencia de un más que probable gol acabó derribando al jugador pamplonica fuera del área. El colegiado no lo dudó ni un momento y le mostró la roja a Cabrero, lo que cambió definitivamente el escenario del partido. Una hora con diez hombres Con un hombre menos sobre el terreno de juego la Ponferradina retrasó sus líneas y se encerró en su campo a defender el resultado, lo que hizo sin excesivos esfuerzos hasta el descanso, desbaratando una y otra vez los intentos locales por superar el muro defensivo. Martín Monreal, técnico del Promesas, movió el banquillo tras el descanso y dio entrada a sus dos arietes, Guille y Jorge Rodríguez, lo que fue el empujón que necesitaban los navarros. El plus de profundidad que supusieron en los locales las nuevas incorporaciones se dejó notar muy pronto pues una jugada de estos dos acabó estrellándose en el palo en el minuto 57. Ahora los locales llegaban con mas facilidad, aunque el excelente trabajo defensivo de los bercianos impedía que el empate subiese al marcador. Bien al contrario, lo que pudo llegar fue el 0-2, ya que con el Osasuna volcado sobre el área rival la Ponferradina encontró espacios para crear peligro. Así, el cuadro de Amaral pudo matar el partido hasta en tres contragolpes. Primero Teo, muy rápido e incisivo durante toda la matinal, a punto estuvo de sorprender a Andrés, pero su balón se fue fuera. Minutos mas tarde fue De Paula quién no acertó a concretar una gran oportunidad cuando estaba sólo ante el meta local. La Ponferradina perdonó y aún no sabía lo que lamentaría esos dos fallos en el último remate. Y es que, cuando mucha gente había abandonado ya las Instalaciones de El Tajonar, Jorge Rodríguez aprovechó una gran internada para batir a Rubio y arrebatarle dos puntos a una Ponferradina que no supo culminar el excelente trabajo que realizó en la zaga, especialmente jugando con uno menos.

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