Aumentan los casos de tularemia asociados con liebres y topillos
La proliferación de casos confirmados de tularemia que se vienen sucediendo en los últimos meses en el medio rural vienen a confirmar las denuncias de los sindicatos agrarios en el sentido de que la enfermedad está mucho mas extendida de lo que la Junta de Castilla y León quiere reconocer. «Si se realizasen analíticas concretas en todos los casos de fiebres altas y dolores musculares que se han producido en los últimos meses y en la actualidad, nos podríamos encontrar que más del cincuenta por ciento es tularemia» - afirma un médico especialista. En medios sanitarios y farmacéuticos se conoce el problema que la Junta trata de minimizar para evitar lo que casi podría calificarse de epidemia. Sin embargo quienes la han sufrido están indignados ya que, por no diagnosticarse a tiempo, han sufrido las consecuencias durante semanas y aun persiste la duda de posibles secuelas. La tularemia es una enfermedad contagiosa que afecta principalmente a las liebres, conejos de monte, ratones y topillos. Puede transmitirse a personas con unos síntomas parecidos a una fuerte gripe, fiebres muy altas y dolores musculares y articulares y, en ocasiones, lesiones en dedos o ganglios axilares.. Si bien los animales mas sensibles a la enfermedad mueren, en las personas no suele ser mortal. Las liebres en ocasiones manifiestan un comportamiento extraño y úlceras en la piel que hacen sospechar. En humanos una vez diagnosticada tiene tratamientos eficaces, pero si no se diagnostica y se trata como una simple gripe, el enfermo puede quedar con problemas serios que disparan las analíticas mas comunes. La principal vía de contagio es el contacto directo con el animal enfermo o muerto, bien a través de la piel o de la conjuntiva del ojo y las mucosas de boca y nariz. También por picaduras de insectos como garrapatas o arañas que actúan como vectores. En menor medida por consumo de carne poco cocida o pinzamientos de cangrejos. Como medidas preventivas se recomiendan varias. Evitar el contacto con animales muertos o enfermos con comportamientos no naturales, evitar la ingestión de agua no controlada sanitariamente, evitar en lo posible la picadura de insectos o garrapatas a base de ropas protectoras o productos repelentes, usar guantes o mascarillas en la manipulación e liebres o topillos y no permitir que los niños toquen la caza. Los tratamientos a base de antibióticos son eficaces, éste es el motivo de que algunos facultativos inicien el tratamiento con antibióticos de amplio espectro incluso antes de conocer los análisis definitivos que suelen tardar varios días. En todo caso, lo que parece bastante claro, es que el número de afectados se cuenta por centenares y que la plaga de topillos es la causa principal, ya que hay varios miles por cada liebre.