El Laciana se tuvo que conformar con un solo punto ante el Ronda Oeste a pesar de su monólogo (1-1)

El Laciana sumó un punto que le supo a poco tras lo demostrado en el Municipal ante los pucelanos del Ronda Oeste, un conjunto en una situación muy pareja que tuvo en el alemán Wandevert a su mejor hombre. Los de Santín jugaron un encuentro con mucha brillantez mostrando además una madurez que crece partido a partido. Para un cuadro nuevo en la categoría evidenciar el ajuste y equilibrio que tiene el cuadro de Villablino es un hecho que ayuda ante cualquier rival. Ayer se sobrepusieron al marcador adverso con tranquilidad y paciencia sabiendo que, con un poco más de intensidad, serían capaces de lograr al menos las tablas. Y eso hicieron; leyeron el encuentro, se hicieron con el centro del campo y maniataron a los del Ronda Oeste a base de presión y fuerza arrinconándoles en defensa y no permitiendo que pudieran lanzar en contras. Menos mal que, a ocho del descanso, hicieron el gol del empate en un remate de Acuña sobre su portero que supuso el primero y único de los de Villablino.