Marta Domínguez se cuelga el oro y amplía todavía más su leyenda

La atleta palentina, Marta Domínguez, campeona de Europa de 5.000 metros en 2002 y 2006, participaba por primera vez en el torneo europeo de cross. La atleta española, apoyada por decenas de paisanos, ya había comentado que le gustaba el trazado y que veía factible luchar por las medallas. Desde el comienzo, se colocó en cabeza junto a Morató, muy atenta a los tirones del resto de competidoras. La rusa Konovalova realizó la labor de libre junto a las británica Reed. Mientras, las dos españolas aguardaban en el medio del grupo, resguardadas del cortante y frío viento. La húngara Kalovics tomó el relevo a 3.500 metros, lo que redujo el grupo a cuatro en la última buelta: Domínguez, Morató, la húngara y la francesa Coulaud. La atleta catalana se puso a tirar. Una sobraba en la lucha por el podio y fue Kalovics la que no aguantó el ritmo. Y a 500 metros, la palentina sacó la calidad que atesora. Imprimió una velocidad más a la que Morató no pudo contestar; la francesa lo intentó durante unos metros, pero luego tuvo que desistir. A Marta le dio tiempo hasta de saludar a la gente cuando entró en meta. Marta Domínguez se mostró eufórica después de ganar la medalla de oro en el Europeo de cross, un trofeo que le sabe «a gloria» y que constituye «el resultado perfecto porque vino acompañado del título por equipos». «Estoy muy contenta. Venía con muchas ganas aquí a Toro, a 120 kilómetros de mi casa y, la verdad, no se puede pedir más: oro individual y por equipos. Me sabe a gloria», dijo. Con respecto a la carrera, Marta Domínguez explicó que intentó en todo momento protegerse del fuerte viento que soplaba en Monte La Reina. «He intentado ir siempre resguardada, por la calle uno como a mí me gusta, y mejor imposible. Me he visto ganadora a falta de 500 metros, cuando he visto que no me seguían las favoritas, que se desgastaron mucho». «Han sido cuatro meses durísimos», afirmó Marta, «pero ha merecido la pena. Dedico esta medalla a mis compañeros, que han sufrido tanto como yo durante todo este tiempo».