La grada ofreció color, espectáculo y juego al derbi

El derbi entre la Deportiva y la Cultural, además de vivirse en el campo con intensidad y una emoción a flor de piel, también tuvo su traslación a la grada. Con el recuerdo siempre presente de Fran y de su hija fallecida el sábado, el pulso deportivo entre blanquiazules y culturalistas se vivió en Ponferrada desde horas antes. La afición local ya poblaba los accesos a El Toralín bastante tiempo antes del encuentro. Y eso se reflejó en una grada casi repleta en la que también hallaron espacio un centenar de seguidores culturalistas en el Fondo Sur. Todo para dar lustre a un pulso que recibía a la Cultural con pitos y a la Deportiva con aplausos y precedida de una canción popular berciana «A Ponferrada me voy». Sin apenas tiempo para ver como respondían unos y otros llegaba el primer gol ponferradino a los 34 segundos. Irurzun y sus compañeros no se olvidaron en ese momento del gran ausente Fran ni de su pequeña a quienes dedicaron delante del banquillo el tanto señalando al cielo. Tres minutos más tarde se repitió la situación aunque en este caso con la camiseta del «siete» entre las manos sus compañeros. Y por si todo fuera poco el tercero también sirvió de recuerdo a un jugador y su familia que están pasando por unos malos momentos. Esta vez el recuerdo se hizo desde cerca del área. Mientras los cánticos en la agrada eran mayoritarios de apoyo a la Ponferradina que al grito de «Alé, Deportiva, alé, alé» unió otros como el «P... León, p... Cultural» o «Cazurro el que no bote». La respuesta de los seguidores de la Cultural fue desplegar unas pancartas en las que se leía «Sois cazurros, mirad el DNI». Las alusiones entre unos seguidores y otros continuaron a lo largo del choque. Entre aplausos y algún que otro silbido los aficionados blanquiazules también tararearon otras estrofas en algunos casos alusivas a un jugador que se ha convertido santo y seña, y en devoción de la hinchada. «Fran, te queremos, esto va por tí». El presidente de la Cultural tampoco se libró de algunas en las que desde la grada se le pedía irónicamente que saludara a la afición. La tradicional ola a lo largo de buena parte del envite también llenó de fiesta al graderío, especialmente en un Fondo Norte en el que, conformado en su mayoría por los seguidores más jóvenes, también tuvo tiempo para lucir en los minutos finales una pancarta que lucía un claro «Kazurros, ascender no es sólo cuestión de presupuesto». Y es que como en las mejores tardes de rivalidad futbolística, el fútbol se convirtió en un argumento de ironía, humor y en cierta medida de reivindicación del que ayer no se abstrajo un nuevo capítulo del pulso entre Deportiva y Cultural.