La marea roja se quedó sin premio

El Palacio de Deportes de León vivió ayer una nueva jornada de fiesta que tuvo un colofón inesperado para los casi seis mil leoneses que poblaron las gradas, como si de una marea roja se tratara, para animar y llevar en volandas a su equipo. Con cerca de 300 seguidores pucelanos en uno de los fondos, la afición local demostró su exquisito comportamiento aunque también tuvo guiños irónicos hacia la los seguidores rivales. «Pucelano el que no vote» fue uno de los gritos de guerra de una grada que pobló por completo los asientos del feudo leonés y que no se cansó de animar a los suyos ni de reprochar ciertas decisiones arbitrales en contra de los intereses del Begar. Desde el primer momento su ánimo fue total aunque al final la fiesta se tornó en un plato agridulce por la derrota de los de casa en un partido vital para sus intereses. Junto a las miles de personas anónimas que acudieron al Palacio también se pudieron ver caras conocidas como las de los técnicos Jordi Ribera y Manolo Cadenas, presente y pasado del Ademar, que a pie de pista no cesaron de animar al Begar. También lo hizo el árbitro asistente leonés Rafa Guerrero, objeto de un homenaje en los prolegómenos del choque, o la ex atleta Margarita Ramos que en la zona de prensa también se alegró de los buenos momentos del equipo y se desesperó cuando las cosas no salían como se esperaba. Fue una tarde-noche muy especial en la que las cámaras de Televisión Castilla y León se convirtieron en el canal por el que miles de personas que no pudieron darse cita en un escenario abarrotado disfrutaron de buen baloncesto, de momentos intensos y de mucha emoción. Y todo con el rojo como color protagonista. El rojo que viste el equipo y el que la grada siempre saca a relucir cuando se trata de animar los intereses deportivos de un club que ayer volvió a contar con un sexto hombre muy necesario aunque al final esta dosis extra de apoyo se quedó a las puertas de lograr su objetivo. También en el palco, en el que se encontraban entre otros el alcalde y el subdelegado del Gobierno, se vivió el pulso con mucho interés.