LUCHA LEONESA Y ALGO MÁS
Cinto, agarre, «sueltas»...
COMO mucho nos tememos que lo de las «alternativas al cinto» no se va a abordar por el momento (?), que al menos se hagan estudios, análisis, pruebas¿ para mejorar lo presente. Sobre el cinto actual y sus consecuentes "agarres y sueltes". Pero para estudiarlo sin partir de posicionamientos establecidos a priori, que los apriorismos en la lucha llevan siempre a lo mismo: mantenella y no enmendalla; a no profundizar en el estudio y a dejarlo todo como está. Si es que asustase el cambio brusco en cuanto a alternativas rompedoras, al menor ir evolucionando partiendo de lo que tenemos delante actualmente. Verbigracia, simple ensanchamiento y suavizamiento: cinto más ancho y más suave (más flexible). Consecuentemente, y en primer lugar, se lograría atenuar los afectos "depredadores" -para el organismo del luchador y para el espectáculo de la lucha- del actual cinto opresor y presuntamente lesionador. Recuerden, no se trata de suprimir sino de buscar sustitutivos válidos, admisible y mejorables sobre lo actual. En otra palabras, y a riesgo de reiterativos, alternativas al cinto. Alternativas, no exclusión a esa especie de emblema de la lucha leonesa que representa un cinto a la cintura de cada luchador. Pero un cinto no quiere decir un «verdugo de la lucha leonesa», en atinado apunte del exluchador y catedrático Ángel Alonso Álvarez. En suma, y de momento, de un material más flexible y consecuentemente menos dañino en todos los órdenes. Cuando además hay precedentes: recuerden los testimonios de nuestras «variantes del cinto» más o menos históricas de hace tres semanas. Efecto añadido inmediato, rebajar importancia competitiva al «agarre» para los contendientes, que a la vez conllevaría que el conflictivo y polémico numerito de agarrarse dejase de ser tan antipático de cara al espectador. Un cinto de estas características -más ancho y más suave, reiteramos- no se prestaría tanto al «asobeamiento» (en cazurro «asolear el carro con el sobeo»). Para evitar ventajismos competitivos, y agilizar y dulcificar la escenita del dichoso agarre, el juez-árbitro colocaría ambos cintos permitiendo a los luchadores que hinchen su vientre cuando sean capaces y deseen. Fuera los discriminatorios aprietes/linchamientos, condicionados por la «barriga» de cada cual. Vía reglamentaria, liberación de la discrecionalidad arbitral actual¿ y con los cintos mucho más flojos una vez que empiezan a competir. Más movilidad, menos opresión, más espectacularidad, menos riesgo de lesiones y superación del mal efecto para el espectador. Como se desprende, todo ventajas. En esa misma línea beneficiosa para la protección física y la brillantez del espectáculo, no penalizar reglamentariamente «el soltarse». Que Casi siempre propicia el de mnos peso. Ni media caída ni nada; se trata de un recurso más de la brega, generalmente espectacular y vistoso, y que evita favorecer al de más cintura. Y ya estamos en lo de siempre, que no se quiere hacer de golpe, pues apercibimientos sucesivos y al tercer aprecibimiento-suelta, señalización de media caída. ¿Por qué no ensayar todo ello en torneos amistosos, competiciones informales¿?. Extrafederativamente en definitiva y dado que a la Federación ésta no parecen interesarle lo más mínimo todo tip o de ensayos experimentales y evolucionistas: parecen estar más por el «involucionismo aluchero». Cuando serían ensayos tendentes, paradójicamente, a tratar de buscar lo mejor para la protección del luchador y para la espectacularida. En suma, el mejor futuro para la lucha.. Preservar la integridad física del luchador y del espectáculo luchístico ¿no constituyen suficientes razones para plantearnos en serio este tipo de reflexiones¿?