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Fútbol | Copa del Rey

El Barça sale indemne del Sánchez Pizjuán y decidirá elCamp Nou Susaeta evitó que el tanto de Jonathan fuese definitivo

Los azulgrana toman ventaja en la eliminatoria ante el Sevilla al empatar a uno

El camerunés Samuel Eto'o dispara a puerta observado por su compañero Giovani Dos Santos

Publicado por
Sergi Olego - sevilla
León

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El Sevilla se vio incapaz de desbordar al Barcelona (1-1) en el partido de ida de los octavos final de la Copa del Rey. El conjunto andaluz respondió con celeridad tras el gol inicial de Henry pero no pudo desarmar el buen posicionamiento defensivo de los azulgrana durante la segunda mitad de un partido entre dos viejos conocidos. Aunque Juande Ramos esté en Londres, el Sevilla camina por los mismos derroteros. Su espíritu combativo está fuera de toda duda. Esa constante lucha le permitió equilibrar un partido que el Barcelona había encarado con más eficacia que brillantez. Frank Rijkaard apostó por un ligero retoque en su dibujo táctico para contrarrestar a Dani Alves. Iniesta era el escogido para tapar al lateral brasileño. Cuando el Sevilla atacaba, el multiusos del técnico holandés se enganchaba a la banda izquierda mientras Henry se desplaza al medio campo. Esa modificación unida a la paciencia visitante para tocar el balón le concedió la primera ventaja. Por fin los seguidores catalanes vislumbraron al Henry del Arsenal. Al francés le bastaron dos toques perfectos, control y disparo, para aprovechar un medido servicio de Márquez. La ventaja azulgrana tensó la cuerda local. El Sevilla se desgañitaba protestando cualquier acción ahogado por el control que su rival ejercía sobre Alves. La reacción llegó desde la banda contraria. Puyol sufría ante Diego Capel. Un centro del extremo andaluz lo desaprovechaba Chevantón. Acto seguido una inexistente falta de Xavi sobre el propio Capel desembocaría en un saque de esquina provocado por un Valdés que no supo atajar el disparo de Alves. En ese córner el protagonista del resurgir andaluz convertiría el tanto del empate. Al Sevilla le iba la marcha. Los andaluces necesitaban revolucionar el duelo para maniatar al Barça. A su capacidad para meter la sexta marcha le unían una palpable superioridad física ante los azulgrana. La segunda mitad pintaba de claro color andaluz ante un Barça superado que esperaba sus opciones a la contra. El Barça recogía el golpe con paciencia. Sabedor de su incapacidad para plantarle cara al Sevilla intentaba disminuir los biorritmos locales tocando el balón. Esa leve recuperación la adornó con un lejano remate de Edmilson que se estrelló en el palo izquierdo de De Sanctis. Todavía faltaban veinte minutos pero el marcador permaneció inalterable. Empate a uno final y todo por decidirse en el partido de vuelta en el Nou Camp.

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