Diario de León

Los cazadores, preocupados por el escaso número de jabalíes abatidos

El descenso de las capturas es más apreciable en las vegas que en las áreas de montaña

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Pedro Vizcay - león
León

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A diferencia de lo que, hasta la fecha, ha venido sucediendo con la caza menor, en una temporada francamente buena, las cacerías de jabalí no están ofreciendo los resultados habituales, bastante peores de los que se obtuvieron la pasada temporada. En todos los medios cinegéticos se comentan los pobres resultados que están arrojando las últimas monterías, varias de las cuales se han saldado con cero cochinos. Los montes de la comarca berciana son los que presentan una mayor regularidad pues en la mayoría de ganchos y monterías se avistan animales y se consigue disparar sobre ellos con resultados positivos, menores en todo caso que en la pasada campaña. Pero donde el descenso se acusa mas claramente es en las vegas y campos de maíz. Así en la zona baja del Esla, donde el pasado año se abatieron decenas de jabalíes de todos los tamaños, este año se contabilizan con los dedos de una mano. El lado positivo es que los accidentes de tráfico provocados por estos voluminosos animales, y que han estado a punto de arruinar las economías de algunos acotados, se han reducido también considerablemente. Hasta hace algunos años los acotados ubicados en la zona sur de la provincia no contaban con el jabalí en sus planes cinegéticos. La perdiz, la liebre, el conejo de monte, las palomas o las aves acuáticas eran las especies mas habituales que se cazaban en estos terrenos. La introducción del cultivo de maíz cambió radicalmente la situación hasta el punto de que perdices y liebres han reducido drásticamente sus poblaciones hasta casi desaparecer mientras que los jabalíes y los zorros encuentran en las extensas manchas de este cereal un hábitat inmejorable. Cuando comenzaron a producirse con bastante frecuencia los accidentes de carretera en los que se veían implicados estos animales, los daños debían ser sufragados por los acotados a causa de una Ley de Caza Regional que así lo determinaba. Esta situación anómala trató de solventarse modificando la Ley de Tráfico, pero las sentencias inexplicablemente siguen aplicando los daños a los acotados por cuyos terrenos discurren las carreteras en las que se producen los siniestros. Las sociedades de cazadores, incluso en los acotados donde no se caza el jabalí, han tenido que suscribir pólizas de seguro cada vez mas costosas para prevenir unos daños de los que, evidentemente, no son responsables.

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