La nieve, aunque escasa, alivia el precario caudal de los ríos
La nieve caída en las zonas de montaña y las últimas lluvias, aunque escasas, han supuesto un considerable respiro para las cuencas fluviales que se encontraban bajo mínimos. La mayoría de los cursos de montaña atravesaban una preocupante situación con unos caudales similares a los de pleno verano. Los ríos regulados, por otra parte, apenas si discurrían con su caudal mínimo ecológico que, pese a ello, era menor que las entradas registradas. La peor situación la registraba Barrios de Luna que con una capacidad de 341 Hm3 tan solo contaba con 78 la pasada semana. La tendencia se ha invertido de forma que en los últimos días ha ganado 2 Hm3. El embalse del Porma retiene un Hm3 mas, 134 de una capacidad de 318 mientras que Riaño es el que mas ha ganado, 3 hm3 de forma que retiene 243 de 664. En la cuenca del Sil Bárcena ha ganado 1 Hm3 quedando con 120 frente a 341 de capacidad. En todo caso el agua retenida apenas alcanza la mitad que en el pasado año por estas mismas fechas siendo las entradas también menores. La situación sigue siendo preocupante ya que la nieve caída, además de escasa, se está derritiendo de forma rápida por causa de los fuertes vientos y de las temperaturas suaves. Cabe esperar que nieve mas en los meses que restan del invierno, pero a diferencia del elemento blanco que cae antes de Navidad, que se hiela y persiste hasta el mes de junio, la nieve de finales del invierno se deshiela con mayor facilidad. Mucho tiene que cambiar la meteorología para que se consiga mediar, que no llenar, la capacidad e los embalses. El repunte que se ha producido en el caudal de los ríos ha tenido un efecto inmediato en las truchas que todavía quedaban en los frezaderos haciéndolas desaparecer. Ahora, con mayor corriente y agua mas fría las «pintonas» se empozan para recuperar las energías y el peso que han perdido durante la reproducción. Afortunadamente apenas se advierte saprolegnia. Esta enfermedad que afecta a la piel de las truchas reproductoras en forma de manchas blanquecinas suele ser mas virulenta en los años con pocas crecidas ya que éstas limpian el fondo de los ríos en los que el salmónido escarba para de positar la puesta de sus huevas.