Un histórico en bancarrota y bajo amenaza de descenso

El Burgos está en horas bajas. Aunque pudiera parecer que su situación deportiva es la causa de tanta incertidumbre, lo cierto es que la crisis por la que atraviesan los castellanos está provocada por una nefasta gestión económica que ha derivado en un presupuesto muy modesto para lo que siempre acostumbró este conjunto históricamente considerado como uno de los favoritos para el ascenso a Segunda, como lo demuestran las muchas fases de ascenso, algunas de las cuales saldaron con éxito, a la categoría de plata del fútbol español. Tanto es así, que el último episodio de esta sombría historia terminó por costarle el puesto a Félix Arnáiz Lucas en el banquillo blanquinegro. En su lugar, los dirigentes castellanos han colocado al técnico del conjunto filial, Alberto González, que curiosamente estuvo el pasado domingo en Ponferrada para dirigir (con éxito por cierto) al Burgos B en su victoria ante el filial blanquiazul. Esta tarde será distinto porque la Deportiva y el Burgos están a una considerable distancia en la clasificación. Tanto es así, que los castellanos estan a sólo tres puntos de la tercera plaza por la cola que ocupa el Valladolid B, y eso que que los de Alfredo Merino cayeron ayer en casa contra el Conquense. El panorma es sombrío a orillas del Arlanzón y todo pese a que en el último enfrentamiento disputado entre ambos equipos ganaron los burgaleses por 2-0 en El Plantío, en aquella infausta noche en la que la Deportiva quedó apeada de la Copa del Rey. Cierto es que unas semanas antes con los mismos protagonistas en liza, la Deportiva se llevó los tres puntos del terreno burgalesista ganando en Liga precisamente por 0-2. Si los de Amaral todavía están afectados por la plaga de lesiones, también el Burgos llega con muchas ausencias al Toralín, razón por la cual sus opciones de éxito se verán más reducidas aún.