Terapia de grupo blanquiazul

La Sociedad Deportiva Ponferradina se entregó de nuevo al diálogo en la jornada de ayer. Cuando las cosas van mal, cualquiera instrumento es válido para suturar heridas y nadie puede decir, a la vista de los acontecimientos, que en esta plantilla escasea el diálogo. Seguramente, hablando no se ganan partidos, ni se sale de ninguna crisis con seguridad, pero está claro que sin comunicación entre los componentes del equipo, las cosas serían más complicadas de resolver. Por esa razón, Amaral se situó en el centro del círculo que formaban sus hombres y desde allí volvió a impartir sus argumentos. Todos escuchaban con atención sus indicaciones, incluidos Riaño y Ángelo, cuya salida del equipo es inminente. Los jugadores son los primeros que saben de su escaso rendimiento en las últimas jornadas y serán seguramente también los más interesados en poner remedio a esta incómoda situación, aunque no más que el cuerpo técnico y la directiva. De momento Silvano se mantiene al margen porque entiende que son los propios profesionales los indicados para solucionar los males que afectan al equipo. Eso sí, en caso de que las aguas no retornen al cauce acostumbrado, el presidente convocaría a todo el grupo en torno a la mesa y el mantel, como gusta de abordar el mandatario las situaciones delicadas. El caso es que ayer hubo un tiempo para la charla y después llegó el momento del trabajo físico porque una cosa no debe solapar a la otra. Cierto es que los lunes no es un día especialmente intenso en lo que al trabajo se refiere porque la plantilla aprovecha para recuperarse del esfuerzo último, exceptuando a aquellos que no tomaron parte en el partido del día anterior. Ese caso no es tal ahora porque con tantas bajas, apenas quedan futbolistas fuera de la lista por razones deportivas. Irurzun y Ernesto, al tajo Precisamente los lesionados ya van entrando en la dinámica y seguramente Ernesto e Irurzun estarán para Cuenca. La pena ahora es que, justo cuando recuperan efectivos por tema de lesiones, resulta que aparecen tres sancionados. Ya es mal fario y ante un rival que dejó alto el listó en Ponferrada y que ahora mismo es quizá el mejor del grupo en lo que a su estado físico y anímico se refiere, con un Gómez que marca lo que antes marraba y eso explica la sorprendente mutación de un equipo que pasó del descenso a pelear la promoción. A la Deportiva sólo le queda esperar que los jugadores recuperen el ritmo que tenían antes de las navidades y también que los dos últimos fichajes se integren cuanto antes en la dinámica del grupo para volver a la senda del triunfo.