Espíritu crítico y autocrítica (I)

NOS COMENTABA un aficionado que de lo que adolecía sobremanera la Lucha Leonesa era de espíritu crítico por parte de los medios de difusión. Espíritu independiente y constructivamente crítico. Y ello precisamente porque nos debiera doler la L.L. y deplorar su estado actual. Partiendo de esa evidencia como punto de arranque ya tendríamos mucho camino andado en orden a abordar e intentar resolver sus múltiples conflictos. Pero no taparse los ojos y sin más aplaudir y exaltar su operativa funcional tal como está. Desde esta columna procuramos ser críticos con la Lucha, en su propio beneficio y justamente porque no nos convence ni poco ni mucho como es llevada en estos momentos. Y paralelamente pensamos que tiene solución. Otras soluciones con otras mentalidades. Espíritu crítico desde fuera, pues, y autocrítica desde dentro. En todo caso, unos y otros tomar conciencia de que nos hallamos ante una L.L. estancada y ramplona a más no poder. Sostenida y guiada -es un decir- desde una caduca, rancia y casposa mentalidad del aluche de la boina. (Mal)viviendo de episodios ocasionales para enmascarar la falta de ideas. Por ejemplo, pronto empezarán a justificarse con el campeonato/festival celta con acento canario. Pues con espíritu crítico habría que puntualizar: para la Lucha Canaria las Luchas Celtas lo son "además de"¿ y no «en lugar de» como aquí. Comprometidos Un poco más de espíritu crítico y autocrítico. De elemental que es, sonroja tener que recordarlo y sostenerlo. Todos comprometidos e implicados en todos los órdenes y todos los frentes. Entre otros múltiples motivos prácticos para el futuro -y presente- de la L.L. también en lo testimonial y simbólico a modo de desagravio ante la ausencia de la gran pancarta -comprometida e implicadota- de rechazo a la línea Lada-Velilla. Posiciones transparentes, sin dobleces. Espíritu crítico sin concesiones de ningún tipo. Convencidos de que es lo mejor para la propia L.L. Análisis crítico para no dejarse seducir por los tendenciosos y manipuladores cantos de sirena alucheros. Así, en lo concerniente a una federación propia y sin sometimiento ni dependencia autonómica, que no se agite el fantasma de un cisma federativo similar al de allá por los ochenta; ni el fantasma del «asalto al poder» federativo. Ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario. De nuevo la evidencia tan sólo de lo inaplazable de un giro al fundamento y a la estructura federativa actual, en clave autónoma y no autonómica. Lo dicho, la L.L. se resiente tanto de espíritu crítico como de autocrítica. El primer paso lo debió constituir el trance debatidor, si bien la etapa debatidora no ha de darse por concluida y ha de perpetuarse permanentemente en el tiempo. Espíritu crítico para posicionarse y denunciar todo lo honestamente criticable y denunciable. Se nos hacen llegar unas líneas al parecer procedentes de una reciente Tribuna Abierta mediática en relación con los resultados del concurso de bocetos para el trofeo deportivo único a entregar por el Ayuntamiento de León. Al margen de que también a nosotros la silueta leonina del segundo clasificado era la que más llenaba, no podemos estar más de acuerdo con lo reflejado por el autor en el último párrafo. Nos identificamos, compartimos y hacemos nuestras sus reflexiones en el sentido de que «(¿) señores munícipes de León ¿no han caído en utilizar la escultura del Monumento a la Lucha Leonesa, el más leonés de los deportes, para trofeo único como emblema deportivo leonés más representativo? Y por cierto ¿no se puede cambiar de sitio y mejorar la ubicación de dicho Monumento a la Lucha Leonesa? Es una vergüenza, estar como está, escondido». Pues bien, lo de servirse del Monumento para estatuilla como galardón premiador y/o conmemorativo-protocolario para la L.L., ya ha sido sugerido más de una vez desde esta columna y por este columnista como trofeo institucional luchístico. Y ya no digamos nuestras reiteraciones sobre el cambio de emplazamiento del «escondido» Monumento en sí. Espíritu crítico-mediático y general, que la Lucha -reiteramos- produce dolor tal como está. Nos duele, nos preocupa y nos impulsa a ser críticos. Desde la independencia de criterio, crítica constructiva y esperanzada. Espíritu crítico, independencia crítica. Claro que para ser consciente con todo ello, lo primero es ser crítico consigo mismo; ejercer la autocrítica. Que sabido es que la crítica bien entendida -como la caridad bien entendida- ha de empezar por uno mismo. Los árbitros Un lector -J.M.M.- ejercita ese espíritu crítico que invocamos orientado hacia los árbitros, tras aclararnos que no es pariente ni amigo de ninguno de los árbitros actuales. Crítica y denuncia que se trata más bien de una pantomima del Colegio de Árbitros, en cuyos "colegiados" brilla por su ausencia la uniformidad de todo. De criterio, de interpretación del reglamento, de autoridad/flexibilidad¿ Y hasta de vestuario en ocasiones y de «falta de saber estar» (apostura, modales, prestancia, concentración¿) casi siempre. Seguiremos incidiendo la semana próxima.