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El Real Madrid convierte la liga en un monólogo (3-2)

Los blancos superaron al Villarreal en un choque en el que dejan patente su solvencia Otros resultados: Mallorca 1-Atlético 0 | Valencia 0-Almería 1 | Deportivo 3-Valladolid 1 | Racing 2-Zaragoza 2 | Murcia 2-Levante 3 |

Sergio Ramos felicita a Robinho tras marcar su segundo gol

Publicado por
Daniel Roldán - madrid
León

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El mejor Madrid dio un golpe de autoridad a la Liga. Venció en un bonito partido al Villarreal y dejó al Barcelona a 9 puntos de distancia. El duelo fue una locura. Los blancos y el Villarreal demostraron que no saben jugar al póquer. Son incapaces de esconder sus bazas, engañar al contrario para hacer una jugada maestra o para fardar con un farol. En el Santiago Bernabéu, optaron por el juego directo, claro. No había otro discurso posible que el fútbol directo hacia la portería contraria. El espectador disfrutaba y la única pregunta era hasta cuándo les iba a durar la gasolina a los jugadores. Porque si los blancos ponían una velocidad, los amarillos contestaban con otra más. Y en medio de esa bendita locura, los medio centros se lucieron. El primero en sacar el tarro de las esencias fue Guti, que en su primer pase hizo una genialidad. El canterano le puso a Robinho un balón raso que cruzó las dos líneas de cuatro. El brasileño, con un toque sutil, cambió la dirección de la pelota de palo a palo. El gol envalentonó a Guti y al Villarreal. Al centrocampista blanco porque se creció. Tenía una total confianza en sus posibilidad e intentaba hacer el mismo pase cada vez que sus compañeros le daban la pelota. El Bernabéu soltaba un suspiro por cada intento de Guti, que estaba disfrutando en el campo. El Villarreal, mientras, siguió con el mismo guión. Senna y Bruno barrían todo lo que podían en la medular para darle opciones a Cazorla, Nihat y Rossi. Los tres atacantes, pequeños y rápidos, eran un incordio continúo para la zaga blanca. No paraban quietos y se desmarcaban a la velocidad del rayo. En una de estas rápidas combinaciones, Rossi soltó un zurdazo para empatar el partido y acabar con la imbatibilidad de Casillas. El portero había estado 564 minutos sin encajar un tanto. El Madrid, como el Villarreal con el tanto de Robinho, no se vio afectado. Siguió con ese fútbol a lo loco, con Guti jugando como quiere y haciendo que sus compañeros fueran mejores. Uno de los beneficiados fue Salgado, que no se cansó de subir hacia la portería y pudo adelantar a su equipo. Los blancos, poco a poco, se hicieron con el mando del encuentro, creando numerosas ocasiones de gol. En una de estas jugadas, reclamaron un penalti sobre Van Nistelrooy. Pero el equipo de La Plana aguantaba. A pesar de las numerosas llegadas del Madrid, no se arrugó ante el poderío blanco. Seguía con sus planes de ir hacia los dominios de Casillas a toda velocidad. Pero el segundo gol del Madrid lo cambió todo. Un contragolpe lanzado por Sergio Ramos casi se convirtió en un juego de pelota. Raúl chutó y paró Diego López; el sevillano, cogió el rechace y disparo al cielo; Guti, tiró a colocar y la sacó otra vez el portero castellonense; hasta que llegó Robinho y remató. El brasileño completaba un gran partido y colocaba a su equipo con tres partidos de ventaja sobre el Barça. Pero el Villarreal no se iba a dar por vencido. Cambió la velocidad por el remate de la boya Tomasson. Bajó un par de marchas, masticando más las jugadas y elaborando un poco más. Su recompensa llegó a la salida de un córner, que Capdevilla se encargó de materializar. Pero la alegría iba a durar poco. Sólo un minuto después, Sneijder volvía a dar ventaja al Madrid y permitía un golpe de autoridad en la Liga.

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