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El juego de la Cultural harta a una afición que pide cambios (0-0)

La grada carga contra los dirigentes, el entrenador y la conducta de los jugadores en el campo Los entrenadores: Milo Abelleira |

León

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La Cultural se situó sobre el campo con una alineación de corte claramente ofensiva con dos hombres en ataque, Oriol Riera y el brasileño Addison. Además, el entrenador de la Cultural, Milo Abelleira, situó una medular conformada por jugadores con olfato de gol, como son los casos de Nasser, Iván Mateo y Chema. Pero la Cultural se mostró plana durante todo el partido. Sin capacidad ofensiva y sin ideas para crear juego con un mínimo de peligro. Al final, cerocerismo (0-0). Desde los primeros minutos del partido, el equipo local llevó el peso en la mitad del campo y dispuso de la primera ocasión en el minuto 21 con un disparo de Addison que repelió el defensa Carmena a saque de esquina. A raíz de esta acción leonesa, el encuentro se tornó aún más presionante por parte de la Cultural, con un dominio casi total de la zona ancha, si bien los filiales rojillos hicieron daño a la contra porque en los saques de esquina dejaron hasta tres hombres en ataque para sorprender con el robo de balón. Pese al peligro de los osasunistas al arriesgar con tres jugadores en ataque, el cuadro leonés se hizo el amo del encuentro, con un fútbol de presión desde las posiciones más avanzadas del equipo, aunque con un juego insulso sin ningún ritmo y con falta absoluta de pegada. La Cultural retornó al césped con la presión escalonada sobre el rival de los primeros 20 minutos del partido, pero sin capacidad de llegar con cierto peligro arriba. La Cultural tomó el timón del partido, más porque los dirigidos en la parte técnica por Enrique Martín cedieron terreno para buscar la espalda al rival que por el poderío en la construcción del bloque leonés. Los minutos se sucedieron sin que los culturalistas ofrecieran el más mínimo asomo de peligro sobre la portería defendida por Andrés Fernández, que nunca tuvo que esforzarse para atajar algún disparo con marchamo de gol sobre su portería. Milo Abelleira, entrenador culturalista, trató de cambiar la decoración con la entrada en el terreno de juego de Asier Eizaguirre y Roskam, a falta de poco más de diez minutos para que se cumplieran los noventa reglamentarios. Nada de nada. Encefalograma plano. Para redondear la tarde, la sufrida afición culturalista respondió al pobre juego del equipo leonés son música de viento. Los dirigentes y el entrenador se llevaron su parte.

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