El Huracán perdió ante el Mirandés pero plantó cara al todopoderoso líder en solitario e invicto del grupo
El Huracán Z plantó cara en todo momento al todopoderoso Mirandés, logrando incluso dos goles de estrategia que hicieron sufrir un poco a la parroquia local. Los jugadores de Luis Cembranos sabían que en Miranda tenían un importante reto y sobretodo era evitar que la salida en tromba de los locales hiciera daño. Sin embargo, cuando el marcador aún no había ni siquiera reflejado el primer minuto de juego Iván Agustín se encargaba de adelantar al conjunto rojillo. Fue en un fallo defensivo en cadena, ya que primero Aláez erró en el despeje, Fontanillo no lo enmienda, y así Pablo recoge el esférico para que Iván Agustín se encargara de transformar a placer. Este fue un fuerte golpe anímico para el conjunto leonés, que sin embargo duró solo unos instantes, ya que supo rehacerse y buscar con ahínco el tanto del empate, y este llegó solo siete minutos después de que el Mirandés inaugurara el marcador. Eso sí, necesitó una jugada de estrategia para lograrlo. Fue una falta cabeceada por Álvaro ante la que no pudo hacer nada el guardameta Diego. Este era el primer tanto para el Huracán Z. El domino del Mirandés y el intenso ritmo que impuso tuvo sus frutos en el minuto 21. El internacional marroquí Souday Oussama disparó potente hacia la portería defendida por Javi, y Joseba, muy hábil, disparó el esférico hacia los tres palos y así sólo tuvo que empujar el balón y su posición fue reclamada por el conjunto rival como fuera de juego, pero el tanto subió al marcador. El Huracán intentaba rearmar todas sus líneas en busca de un nuevo empate, pero no pudo frenar las envestidas de los rojillos. Así, en el minuto 25, un pase ajustado de Iván Agustín, que leyo a la perfección Pablo, acabó con el gol del pichici del grupo. Era el 3-1, y poco a poco el partido fue cayendo en intensidad y ritmo, con la unica ocasión clara en las botas de Denís, pero su disparo se marchó desviado. Poco podía hacer el Huracán Z, que esperaban que tras el descanso las cosas se rehicieran. En la segunda parte el Huracán salió con la intención de ponerle las cosas difíciles a los locales, y muy pronto merced a una jugada de estrategia. La falta fue botada por Alfonso y Rueda se encargó de meter el esférico entre los tres palos. La intensidad del partido poco o nada tuvo que ver entonces con la de la primera parte, si bien es cierto que el Mirandés logró controlar a su rival y dispuso de al menos siete ocasiones para hacerlo antes del final de los 90 minutos, pero el esférico no entró.