Diario de León

Antiviolencia actúa de urgencia contra Merino por su agresión

José Luis Mendilíbar, entrenador de la primera plantilla del Real Valladolid, insultó ayer al coordinador de seguridad de la Deportiva, al que llamó energúmeno y culpó de los incidentes

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Francisco Roberto Otero - ponferrada
Ponferrada

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La Comisión Nacional contra la Violencia en los Espectáculos Deportivos se reunió ayer en el Ministerio del Interior y decidió actuar de urgencia en lo referido a los incidentes que tuvieron lugar a la conclusión del Deportiva-Real Valladolid B del pasado domingo. Esto es lo que indica la nota hecha pública tras la reunión: «Por lo que se refiere a los incidentes ocurridos al final del partido de Segunda División B, SD Ponferradina-Real Valladolid B, el pasado día 17 de febrero de 2008 y dada la gravedad de los hechos violentos ocurridos en este evento deportivo, la Subcomisión de Informes e Infraestructuras, delegada de la Comisión Nacional contra la Violencia en los Espectáculos Deportivos ha acordado en su reunión de hoy instar a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) la apertura de expediente disciplinario a los participantes en los mismos». Dicha Subcomisión volverá a reunirse el día 27 de este mes. Mendilíbar «el pirómano» Por sino hubiera suficiente con las palabras de Merino, que afirmó el lunes en un programa de radio que no hubo agresión a ningún policía y luego se contradijo apuntando que «el problema es que uno de los golpes fue al coordinador general de Seguridad Ciudadana» (mezcla los dos cargos), ayer el entrenador de la primera plantilla echaba gasolina al fuego e insultaba a José Vega, al que tachó de energúmeno cuando la prensa le preguntó sobre los incidentes. Mendilíbar le dijo a la prensa que le gustaba la mierda, por hablar días y días sobre el asunto, pero él no se opuso a hablar de esto y cargó contra el mencionado Vega. «Os gusta más la mierda y la guerra... La madre que os parió. Me parece una pasada. Me parece increíble... Yo por supuesto creo al que está aquí conmigo, al de mi casa y estoy convencido de que lo que me dice él es toda la verdad de lo que ha pasado. Porque con el energúmeno aquel de allí no es la primera vez que pasa. Ya ha pasado alguna otra vez también. Y yo confío plenamente en mi gente. En ese sentido creo que el meter más mierda y hablar más del asunto no favorece a nadie en absoluto. No creo que se hayan hecho muy bien las cosas. Se ha hablado demasiado. Cuando alguien tiene un antecedente y sigue metido en el rollo y el árbitro no pone nada, pues es suficiente. Seguro que si hubiera pasado algo con esta gente nuestra en el acta lo hubieran puesto. Encima parece que ha habido cambios; que si he dicho, luego no he dicho... Y nosotros no hemos cambiado lo que hemos dicho la primera vez. Creo ciegamente en lo que me dicen ellos. ¿Cuándo han hecho el parte de lesiones? Bastantes días más tarde. Eso lo dice todo». Que le pregunten a Onésimo como se puede confiar en su gente. Cuando el habilidoso ex futbolista entrenaba al filial, Merino, que era el secretario técnico y en teoría su hombre de confianza, «le hizo la cama» y acabó él como entrenador.

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