Viaje a la esencia del baloncesto

Su nombre ya lo dice todo, Olímpico. Y su apellido Badalona aún más. Para el baloncesto esta población catalana es desde hace mucho tiempo santo y seña de este deporte. Por historia, afición y otras muchas cosas toda visita al feudo de la Penya conlleva sentimientos muy especiales. Aranzana ya lo ha reiterado en más de una ocasión. Donde mejor se juega y todos quieren hacerlo es en Badalona y ayer el Begar, después de algo más de ocho años, volvió a pisar el parqué del Olímpico para recordar pasadas sensaciones. Aunque los protagonistas ya no son los mismos el ambiente sigue igual de vital. El de ayer también fue un día especial para dos jugadores que hoy en día están a las órdenes de Aranzana pero que en su día defendieron y vivieron en primera persona el espíritu verdinegro, Carles Marco y Dani García. Los dos dejaron su impronta en Badalona y así se lo reconoció el público asistente, una afición que idolatra a toda la Penya y en especial a su pareja de R, Rudy y Ricky. Pero la Penya es algo más. Hasta la forma de calentar los jugadores para el choque. No es extraño ver a alguno de ellos montado en una bicicleta estática una hora antes para ponerse a punto. Y ahí sus estandartes dan ejemplo en esa fiesta del baloncesto, la que sea quien sea el rival, la competición o los protagonistas, luce un recinto mítico en el que también están presentes las gestas lejanas y recientes del Joventut dibujadas en sus títulos. Desde el logrado en la temporada 54-55 en la Copa hasta la Lliga Catalana del 2006. Sólo faltó el último cetro, el cosechado hace escasas semanas en Vitoria. Y para completar una noche que sin duda alguna siempre desean vivir los amantes al baloncesto en su más pura esencia, Sisé, el animador verdinegro, poniendo un toque de humor y haciendo partícipe a la grada de otro sábado de fiesta.