El Madrid, fuera de Europa

Huér fano de fútbol, sin ideas, con Guti fundido y mermado por las sonadas ausencias de Sergio Ramos, Van Nistelrooy, Robben y Sneijder, el Madrid cayó por cuarto año consecutivo en los octavos de final de la Champions, y lo hizo con toda justicia. La Juve, el Arsenal, el Bayern de Múnich y esta vez una Roma que no tiene un equipo para ser campeón de Europa pero fue mucho mejor en el Bernabéu, no en el Olímpico, acabaron con las ilusiones de la décima a las primeras de cambio. Los de Schuster intentaron reaccionar demasiado tarde, cuando ya perdían 0-1 y estaban en inferioridad por la expulsión de Pepe. pero no hubo milagro tras el gol en fuera de juego de Raúl. Vucinic acabó con cualquier incertidumbre. A los merengues no les quedará otra que centrarse en la Liga. Tienen la ventaja de jugar sólo una competición, pero dan alarmantes síntomas de cansancio. Como suele ocurrir tantas veces, la puesta en escena no respondió a las expectativas. El Bernabéu estaba lleno pero parecía un teatro animado sólo por los bulliciosos romanos, y el Madrid no metió la directa desde el arranque. En lugar de encerrar a los italianos, de intentar meterles el miedo en el cuerpo prefirió tomárselo con paciencia. Sólo hacía falta un gol para remontar y Schuster quizá pensó que lo adecuado era no arriesgar más de la cuenta. Nada que ver por tanto el panorama con el de aquellas remontadas épicas del Madrid lideradas por Juanito. Ciertamente, los blancos regalaron el primer tiempo. Carecieron de todas las virtudes que adornan a los grandes equipos. Ni una buena salida de balón desde atrás, ni manejo en el centro del campo, donde Gago y Diarra se estorbaban, ni paredes, ni desbordes, ni desmarques sin balón, ni adecuada presión colectiva, ni remate. Guti estuvo bien vigilado, Robinho acaba de salir de una lesión y está sin chispa y de Raúl no hubo noticias. Para colmo de males, tanto Heinze como Salgado, el gallego ya en el declive, se vieron impotentes para sorprender desde atrás. Gobierno romano La Roma, sin delanteros. gobernaba el partido a su antojo. Se mostró como una escuadra bien trabajada, equilibrada y con las líneas muy juntas. No se vio presionada, tocó más y mejor, se acercó fácil cerca del área y jugó al ritmo marcado por Aquilani, un producto de su cantera, descubierto por Capello, que posee desparpajo y un gran disparo a puerta. De hecho, pudo marcar con dos tiros lejanos consecutivos, pero el primero se estrelló en la madera y el segundo ante la mano salvadora de Iker. Menos mal para el Madrid que a la Roma sólo le faltó irse con más valentía arriba para despegarse en la eliminatoria. No le quedaba otra al Madrid que ponerle más intensidad en la reanudación. Baptista y Robinho lo intentaron. La Roma llegaba menos, pero cuando se acercaba siempre daba sensación de peligro. El cabezazo del brasileño Taddei adelanta a la Roma y silencial al Bernabéu. Raúl, en fuera de juego y con Perrota doliéndose en la otra punta del campo, sólo consiguió dar emoción al tramo final. Hasta que Vucinic cerró la noche. 1-2 y el Madrid dice adiós a Europa. ¡Porca miseria!