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El Begar roza otra gesta ante el Madrid (77-89)

Los leoneses llegaron a empatar en el último cuarto frente a un rival que sudó para ganar Los entrenadores: Gustavo Aranzana |

León

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David contra Goliat. O lo que es lo mismo, el Begar ante el Madrid. Y ayer esa leyenda estuvo a punto de tener el mismo final en el Palacio de Deportes. Y todo porque los leoneses tuvieron en su mano el triunfo ante uno de los trasatlánticos europeos. Cinco minutos sobraron para que el deseo se tradujera en realidad después de un choque que tuvo de todo, emoción, intensidad y una remontada local espectacular después de ir perdiendo hasta por 21 puntos. Después de más de ocho años de ausencia el Madrid se presentaba en el feudo leonés herido en su orgullo tras la derrota en la Euroliga ante el Maccabi. Enfrente, un Begar que hace siete días recobraba la esperanza superando a domicilio al Fuenlabrada. Ahora el adversario era más peligroso pero el objetivo idéntico. Sumar. Pero lo soñado se encontró de inicio con la dura realidad. Con un quinteto inicial poco habitual en el que Llull era el encargado de guiar la nave blanca los de Joan Plaza pronto encontraron el camino de la canasta. Ni el 2-0 de Barnes ni el posterior triple de Bulfoni (5-4) impidieron que la maquinaria del Madrid calibrase desde el primer instante. Sekulic, sin un defensor que le inquietase, sumaba punto tras punto abriendo una brecha que a los cinco minutos transitaba por los seis puntos (11-17) y los 11 poco más tarde después de dos acciones consecutivas de Iturbe. El Begar, con la lesión de Hughes, se encontró una papeleta complicada en parte suavizada con la entrada de Sundov. Fruto de esa circunstancia se llegaba al final del primer cuarto con un inquietante 19-30. Y eso que ni Hervelle ni Raúl López habían hecho acto de presencia. La reanudación apenas varió los parámetros. Si cabe la herida empezaba a mostrar una grieta mayor. Con un déficit en el rebote de hasta ocho capturas, los leoneses veían como Reyes en la pintura e Iturbe desde la línea de tres se bastaban para elevar el margen a un preocupante 35-56. Renta que cerraba cualquier pretensión de poner contra las cuerdas al adversario. Pero todo cambió tras el descanso. De un 43-58 se pasaba en apenas unos minutos y merced a sendas acciones de Barnes, Bulfoni y Sundov a un 51-56. El parcial de 8-0 devolvía al Begar al partido y obligaba a Plaza a solicitar un tiempo muerto. Los locales estaban en racha y, con el rebote más compacto y una línea exterior mortífera el dominio blanco empezaba a resquebrajarse. Sólo Raúl López evitaba que la distancia fuera menor. El Madrid se las veía y deseaba para mantener su distancia en los diez puntos, rota con un dos más uno de Otegui que situaba el electrónico en un esperanzador 63-69. Pero la fiesta de los leoneses no hizo sino comenzar. Espoleados por el público y la creencia que el ogro del Madrid no era tal lo mejor vendría incluso en la última entrega tras sellar la tercera con 63-73. La producción del Begar era alta mientras que los blancos se las veían y deseaban para variar su bagaje. Hasta seis tiros libres erraron mientras que los de Aranzana lograban, con una intensidad inusitada, robar balón tras balón y sumar rebote a rebote para sellar con la aportación de Evans, Otegui y Jackson una desventaja de dos puntos (71-73), que luego pasó al empate a 73 y posteriormente al 77. Una técnica a López pudo llevar a los locales a su tercera ventaja en los que iba de choque (las primeras fueron al inicio). Pero el Madrid no estaba dispuesto a perder su segundo encuentro en apenas tres días. Plaza solicitó un tiempo muerto y ahí e mpezó el fin de la hazaña. El cansancio no era ya una amenaza sino una realidad y ahí los blancos, con un banquillo más amplio, se movieron a sus anchas para con un parcial de 0-12 recuperar el mando y certificar un triunfo que tuvieron que sudar frente a un Begar que llegó a ponerles contra las cuerdas.