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Marea de rojo y de esperanza

La grada leonesa volvió a arropar a su equipo en un choque en el que la proeza estuvo latente Un escenario con 6.000 almas y un grito, «León, León»

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Miguel Ángel Tranca - leónleón
León

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El Grupo Begar no está sólo en su trayecto en la ACB. Ayer quedó patente una vez más con un Palacio lleno hasta la bandera en el que el rojo fue el color predominante y el grito de «Sí se puede» el aliento con el que la grada guió al equipo en busca de un triunfo que hace ya varias jornadas no disfrutan en el feudo leonés. Daba igual que enfrente estuviera el Madrid, el club de los amores de muchos, por encima de todo aparecía un escudo, el del Grupo Begar y unos jugadores que a pesar del excelente inicio del rival lograron sobreponerse hasta llegar a empatar a escasos minutos del final ante el delirio de una grada que les premiaba con aplausos a la vez que se ponía de pie. Fue un sueño del que por desgracia tuvieron que despertar aunque la entrega de la plantilla tuvo su recompensa con una despedida calurosa, la misma que cada jornada en el Palacio brinda una afición que en forma de «marea» siempre está con los suyos, tanto en los buenos como en los malos momentos. Antes de todo, y en un ambiente de fiesta propio de las grandes citas los protagonistas del encuentro rindieron un homenaje a la ACB en su 25 cumpleaños. Con camisetas conmemorativas y en el medio de la pista leone ses y madridistas compartieron escena. Fue el armisticio anterior a una guerra deportiva intensa y con muchos alicientes que vivieron desde el palco y junto al presidente del Begar Emilio Fernández, el diputado de Deportes López Benito, la responsable municipal del área Natalia Rodríguez así como el director de la sección de baloncesto del Madrid, Antonio Martín. Y en la grada junto a una inmensa mayoría de seguidores leoneses también se dieron cita dos centenas de aficionados del Madrid. Unos y otros esperaron en un buen número al acabar el choque para aplaudir y recoger firmas de sus ídolos. Y es que el Madrid no se ve todos los días y menos en una temporada brillante para los blancos.