SIN AFANES POLÉMICOS
Del agridulce al amargo
LA CULTURAL ni apareció, como el día del Zamora, ni por lo visto se la espera. Tal parece que aquella brillante victoria sobre los zamoranos fuera el canto del cisne. Frente al Logroñés CF mostró una imagen patética. Mal de principio a fin, sin recursos, deambulando por el campo talmente como deambula por el cuadrilátero un púgil totalmente obnubilado. Sin saber a lo que juega, con un ataque inexistente (Riera fue talmente un náufrago solitario en la isla del campo) la media sin saber ser ni estar, la defensa dubitativa, más aun cuando por lesión Goicoechea tuvo que ser sustituido, y el portero fue un constante temblor para los aficionados, dando una muestra de inseguridad que no supo ser aprovechada por los riojanos quienes desde un principio, pusieron sobre el campo su carta de visita con rúbrica de empate, y lo lograron. La paciencia de los aficionados llegó a su límite, y la bronca que dedicaron, a todos los actores en general y al entrenador en particular, fue monumental. Horizonte demasiado negro como para esperar que llegue a aclararse y salir un sol radiante para que ilumine una reacción positiva que lleve por lo menos, a título de consolación, a alcanzar plaza para disputar la Copa del Rey, en la temporada venidera. Eso y empezar a definir el equipo para la temporada próxima. Begar León, por su parte, reaccionando, con fuerza y brillo a la vez, llegó a igualar un partido que desde el primer cuarto había tomado una amplia ventaja madridista en el marcador. Los madridistas a pleno rendimiento y los leoneses queriendo y no pudiendo. El dejar de hacer de unos, creyendo que todo estaba hecho, y la inconformidad de otros -los nuestros- dieron espectacularmente la vuelta al marcador, hasta el punto de hacer desesperarse al entrenador madrileño, Plaza, quien tuvo que tocar generala para despertar a sus pupilos. A cinco minutos del final, con empate en el marcador, los aficionados locales soñaban con la victoria, pero un Real Madrid, potente avasallador, dejó ancladas las posibilidades de Begar León. En cinco minutos, los finales, marcó doce puntos dejando en cero a los locales. Esos doce puntos firmaron y rubricaron la victoria. Pudo haber sido un gran impulso vertical hacia arriba, posiblemente decisivo con visión de futuro, y se quedó en la que pudo haber sido y no fue. Un gran partido con color y sabor para los aficionados.