Cerrar

| Fútbol | Fallece una leyenda | HOMENAJE A UN AMIGO

El adiós de un gran futbolista El futbolista, el hombre

José Vallejo, decisivo en el ascenso de la Cultural a Primera, muere a los 73 años de edad

Publicado por
Martín/Ángel Fraguas MARTÍN - león
León

Creado:

Actualizado:

na leyenda de la Cultural dijo adiós. Se fue de la misma manera que vivió, sin ruido y con la humildad que siempre le caracterizó sobre los campos de fútbol. Dio a la Cultural el ascenso a Primera y llegó a militar en el Atlético de Madrid. Vallejo echó también raíces, cariño y consideración entre los aficionados del Pontevedra . Cinco años como figura del equipo. Y de Pontevedra a su querido León, siendo ojeador de juveniles y aficionados, ejerciendo como segundo entrenador con Rafa en aquel equipo de los Piñán, Ovalle, Villafañe, Marianín y Félix, por sólo citar a los leoneses. Circunstancias del devenir de los equipos hicieron de Vallejo entrenador de la Cultural. Allí se fue del fútbol, aunque siguió la marcha del club. Descendida la Cultural a Segunda, Vallejo tuvo muchos equipos pretendientes recalando en el Atlético de Madrid. Allí la suerte le volvió la espalda. Una lesión le apartó del equipo y fue cedido, en la última de sus tres temporadas, al Avilés; del Avilés a Ferrol, llamado por Galarraga; regresó a la Cultural donde se encontró con jugadores bien conocidos, entre ellos Félix, como el del Barrio de San Esteban. Pasó por el Pontevedra donde hizo temporadas primorosas en aquel equipo, que mereció entre los clubes de Primera, ser considerado como el hueso a roer -hay que roerlo-; por cierto que en el Pontevedra volvió a gustar las mieles de un ascenso a Primera con el leonés Rafa Yunta Navarro como entrenador. La despedida, hoy a las 10.30 horas en San Isidro Labrador. La misa de funeral quedará para el lunes a las 17.00 horas. HA MUERTO Pepe Vallejo. Un buen futbolista y una gran persona. Dos vertientes que, en su vida, encontraron caminos paralelos. Sus inicios como futbolista estuvieron ligados a dos equipos, el del Colegio Agustinos y el de su barrio de San Esteban. En ellos comenzó paralelamente sus pasos por los terrenos de juego del Colegio, ubicados en Eras de Renueva, y por los campos aledaños del Barrio, entre ellos los de Eras de Renueva contaban también. Pronto destacó como jugador de enorme capacidad física y entrega no exento de una elevada calidad técnica. Desde un principio quiso ser y fue un jugador de equipo, con la brega incansable sobre el campo y la efectividad de su potente disparo. Pronto fue observado por los cazadores de talentos futbolísticos, y tras jugar en conjuntos menores (Tercera y Segunda Regional) pasó al Jupiter leonés. Del Júpiter a la Cultural. Corría la temporada 1952-1953 cuando a raíz de jugar el Júpiter una final del Campeonato de Aficionados, fue llamado por la Cultural cuando jugaba una importantísima fase de ascenso. Por Demetrio Villalón, a la sazón presidente del Júpiter, y don Antonio Amilivia que capitaneaba el barco culturalista -viento en popa a toda vela buscando el gran ascenso a Primera División, hito deportivo del Club- llegaron pronto a un acuerdo. Y Vallejo se constituyó en pieza clave del deseado ascenso. Actuación destacada en su primera temporada en la que la Cultural se clasificó en quinto lugar; en la segunda materializó el ascenso. Bajo la dirección técnica de Román Galarraga y con esta formación clásica: Amaro como portero; Chiqui (también Macario), Ponte y Foces en la defensa; Nino (a veces Barbeito) y Clemen en la media; Miche, Gayo, Chas, Vallejo y Pueyo como delanteros. Clemen y Vallejo eran los dos motores del equipo; Clemen en labores defensivas, Vallejo ayudando a la defensa y al ataque respaldado por sus portentosas facultades físicas y el consiguiente aporte técnico. Uno de sus compañeros de equipo, Miche, hizo el mejor panegírico de Vallejo. Copió literalmente su opinión: «Destaco a Vallejo como el mejor hombre para un club. Tenía vitola de internacional. Lástima que la suerte no le ayudara en su paso por el Atlético de Madrid. Poseía técnica, entrega, visión de juego de conjunto, compañerismo. Para mí, Vallejo engloba todas las virtudes de un futbolista». Si Vallejo fue un excelente futbolista, como persona fue aún mejor. Y lo digo desde el prisma de mi condición de vecino de él durante treinta y cinco años. Yo en el piso 4.º, él en el 5.º El vecino ideal, siempre pendiente de no causar molestias. Educado, cercano y cortesmente distante. Fueron muchas las charlas que con él mantuve sobre el fútbol, distinto y distante, de ahora. Y como no, de la Cultural. Parco en palabras, excepto cuando de fútbol se hablabla; siempre dispuesto a colaborar. Dedicado a su familia fue pasando la vida «ni envidiado ni envidioso». Buscando palabras de consuelo para su esposa Conso, su hijo y familia me acojo al proloquio inglés que asevera: «No es que hayan muerto: se fueron antes». Y añado, encendiendo en el pecho la antorcha de la fe, que, en la otra orilla del mar de la eternidad, estará paciente y felizmente esperando a todos. Descansa, entre tanto, en paz.