El Begar entra en la UCI

Ganar o morir. Esa es la consigna que marcará los seis capítulos que el Grupo Begar protagonizará hasta el final de la fase regular en los que sólo puede permitirse un traspié, o quizás ninguno dado como esta de caliente la puja por salvarse del abismo. Después de las derrotas ante el Murcia y el Barcelona, los leoneses tienen por delante un calendario comprometido cuya primera parada es Valladolid. En Pucela no vale otra circunstancia que apuntarse el triunfo ante un rival que acumula seis fiascos consecutivos y una línea descendente que le coloca a un peldaño del drama. Esa circunstancia convierte el pulso en vital porque de ganar los de Aranzana se colocarían a dos victorias de la gesta mientras que una derrota les dejaría ya sin margen alguno de error. Los castellanos tienen cierto colchón aunque su calendario lleno de espinas (Iurbentia, TAU, Fuenlabrada, Akasvayu y Polaris) les dejaría, en caso de no salir airosos, en una difícil perspectiva. Tras el compromiso en el Pabellón Pisuerga quedará más clara la salud leonesa. El Pamesa en el Palacio será el siguiente enemigo. Superar a un equipo que puja por la quinta plaza será otra prueba de fuego máxime si se ejerce de local y se lleva tres meses sin dar una alegría a la afición en dicho escenario. Superar a Valladolid y Valencia sería síntoma de seguir soñando. Cosechar una derrota supondría casi la condena y dos, una muerte casi segura aunque las matemáticas no lo digan. Si todo va bien el resto del calendario debe favorecer al Begar porque aunque Girona no es un feudo sencillo. Luego el Menorca que ya tiene el billete de la permanencia en su bolsillo, el Manresa como visitante que también podría ayudar y como colofón el Estudiantes con el que a buen seguro se juegue el ser o no ser. En suma, seis finales en las que ganar es cuestión de vida.