Bojan hace sonreír al Barça y a Rijkaard (0-1)

TextoEl Barça logró una victoria necesaria y sufrida ante el Schalke 04 en el partido de ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones. Un excelente resultado sellado por la bota derecha de Bojan que le sitúa a un paso de las semifinales si la próxima semana cumplen bajo el amparo del Camp Nou. El descomunal porrazo liguero no desvirtuó la jerarquía azulgrana en Europa. El Schalke salió amedrentado ante un equipo sobre el que pesaba la dura espada de Damocles. El Barça estaba sometido a la presión de jugarse toda la temporada a una única carta. Esa necesidad la convirtió en su mejor virtud. El Barça de los once primeros minutos rayó la perfección. Control de pelota y concentración máxima se combinaron con un par de pases en profundidad de los menudos peloteros azulgrana. Neuer desbarató el primero de ellos. En el segundo, el joven portero alemán contribuyó con creces a que Henry aprovechase su pésimo despeje para asistir a un Bojan que, como siempre, estaba en el lugar oportuno en el momento justo para estrenarse como goleador en Europa. La ventaja desveló los retoques azulgrana. Rijkaard instó a sus jugadores a conservar dos líneas muy replegadas. La defensa y los tres centrocampistas mantenían su estructura. Así que Zambrotta y Abidal casi nunca se atrevían a cruzar el medio campo. El Schalke restaba agazapado ante el orden visitante limitándose a crear cierto peligro en algunas acciones a balón parado bien resueltas por la zaga azulgrana. Una buena dosis de concentración que algunos como Zambrotta estuvieron a un paso de quebrar al filo del descanso con un absurdo empujón sobre Kuranyi cuando el esférico ya había superado al ariete alemán. Aprendiendo a sufrir Quedaba otro examen para los azulgrana. El más duro y complejo. Tocaba averiguar si el Barça resistiría el empuje alemán. Si sabría dar un paso hacia delante para contrarrestar la necesidad del Schalke. El arranque auguraba dificultades. Altintop y Pander inquietaba el ánimo visitante. Al Barça le pesaban los recuerdos. La consigna era proteger por encima de todo la meta de Valdés rechazando cualquier atrevimiento ofensivo. Una aislada disparo de Iniesta sacaba a los azulgrana de la cueva. El equipo sufría la debilidad física de Touré Yayá, lastrado por sus molestias en la e spalda, y el excesivo repliegue defensivo. El Schalke volvía a aproximarse a Valdés gracias a la movilidad de un recién entrado como Vicente Sánchez. Asamoah, Altintop y Larsen rozaban el empate. El poderío físico alemán sometía a un Barça que acusaba los problemas musculares de Eto'o y el enésimo mal partido de Henry. Esta vez Frank Rijkaard leyó a la perfección los problemas de su equipo clavando los cambios. Márquez, Giovani y Sylvinho le dieron renovados ánimos al Barça que ya no volvería a pasar por problemas hasta el tiempo añadido cuando Valdés sacó una mano milagrosa para salvar el cabezazo de Bordon.