El cambio climático mueve el casquete y obliga a montar todos los días elcampamento

V einte kilómetros arriba y abajo, todos los días. El cambio climático está cambiando muchas cosas. Derrite el Polo. Y obligará a la expedición de Jesús Calleja a desmontar a diario el campamento. Por la noche estarán en un lugar y, sin moverse, amanecerán en otro. Es el desplamiento del casquete de hielo ártico sobre el agua del deshielo, en aumento cada día. Tanto, que amenaza con licuar el Polo Norte antes de siete años. El GPS indicará a Calleja y sus compañeros cada mañana dónde se encuentran ese día las coordenadas 90º:00 latitud norte. Allí, justo allí, ni un metro más ni uno menos, se dan cita científicos y viajeros extravagantes con dinero suficiente para experimentar la emoción de estar en un lugar único, cada vez más pues está en peligro de extinción. Calleja se enfrentará a varios desafíos. Al deshielo de la banquisa, al frío extremo, a los osos polares, cada vez más acosados por el hambre y que rastrean alimentos a kilómetros de distancia, y a las corrientes árticas. Porque Calleja se enfundará un traje noruego, con escafandra incluida, que le permitirá bucear -y sobrevivir- en el hielo derretido. Como dice él: «Eso espero».