Diario de León

Gran Premio de Bahrein

Alonso, en territorio hostil

El asturiano ha ganado dos veces en el desierto de Bahrein pero este trazado es quizá el peor para las características de su Renault cuyas prestaciones le impiden luchar con los mejores

Max Mosley defendió ayer su honor, bastante dañado estos días

Max Mosley defendió ayer su honor, bastante dañado estos días

Publicado por
José María Rubio
León

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La emoción parece garantizada en el Gran Premio de Bahrein que se disputa este fin de semana. Fernando Alonso ha logrado dos victorias en las cuatro ediciones disputadas hasta ahora y es el único que ha repetido. Su equipo, Renault, se ha impuesto en dos ocasiones, 2005 y 2006, las mismas que Ferrari, que con Schumacher ganó en 2004 y con Massa en 2007. Sin embargo, por lo visto hasta ahora en las dos carreras disputadas, esta quinta edición no parece que vaya a ser propicia para los colores hispanos. El circuito del desierto es quizás el peor para Alonso en su estado actual, ya que presenta unas características que son opuestas a lo que le convendría al Renault. Estar en la tercera parte de la calificación sería ya un éxito, y puntuar es el objetivo más ambicioso que se marca Alonso. El trazado de Bahrein está enclavado en medio de la nada, con tormentas de arena que azotan regularmente la zona y que incluso el año pasado provocaron una situación inusual por la mañana, cuando no se veía ni la torre principal del circuito a pocas horas de iniciarse la carrera. Estas tormentas de arena dejan a lo largo del fin de semana una fina capa de arena sobre el asfalto que provoca un desgaste más acusado de los neumáticos en los monoplazas que peor explotan los Bridgestone, entre los que se encuentra el Renault R28. A lo largo del fin de semana los frenos van a ser también uno de los elementos que más van sufrir en este circuito, donde hay pocas curvas rápidas y sí muchas de frenada y aceleración. El año pasado Massa (Ferrari) fue el ganador, pero el brasileño, como ha demostrado siempre, es capaz de lo mejor y lo peor, y no es un piloto sobre el que se pueda apostar con mucha garantía. El presidente de Ferrari, Luca de Montezemolo, reafirmó esta misma semana su convicción de que Massa hará una buena carrera y, además, lo hizo en una reunión de accionistas de Ferrari, por lo que sonó a apoyo indiscutible al brasileño, ahora que su puesto comienza a verse amenazado por Alonso. El desempate Después de que en Australia McLaren dominara claramente y en Malasia fuera Ferrari, Bahrein es el terreno ideal para el desempate. La calificación está alcanzando una gran importancia este año, y no parece que el cambio en el formato haya alterado las posibilidades de los favoritos, que siguen siendo los mismos. Cuando se sale atrás (Raikkonen en Australia partió 16º) o Hamilton en Malasia (9º), se pierde el contacto con la cabeza de carrera y cualquier monoplaza, teóricamente más lento, se convierte en una barrera infranqueable. Frente a McLaren y Ferrari, BMW tiene la misión de confirmar las expectativas despertadas en las dos primeras carreras, ya que la celebración del segundo puesto de Kubica en Malasia tuvo tintes de triunfo. Por detrás existe una lucha sin cuartel en la que Alonso sufre más de lo debido para marcar la diferencia. Alonso tiene claras las cosas este año, y quizás por eso se le ve tan relajado y contento. No tiene la presión de ganar, pero él se presiona solo para no verse superado por los demás, aunque este año va a tener que sufrir y él lo sabe. «En realidad aún no sabemos dónde estamos, aunque sí sabemos que estamos detrás de Ferrari, McLaren y BMW. Llegar a la tercera manga de la calificación no es fácil y por eso conseguir puntos en la carrera es también difícil. Pero hemos puntuado en las dos primeras y ése debe seguir siendo nuestro objetivo en Bahrein. Debemos intentar aprovechar la más mínima oportunidad y cada carrera debe suponer un paso más para nosotros». Es de esperar que tras las pruebas de Barcelona, del 14 al 16 de abril, dé un paso adelante importante en cuanto a las suspensiones, para poder progresar esas tres o cuatro décimas que necesita para sobresalir del pelotón perseguidor.

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