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El Grupo Begar dilapida su penúltimo latido en la ACB (94-88)

Los leoneses pierden en la prórroga ante el Valladolid un encuentro que tuvieron en su mano y que les obliga a no firmar más errores para salvarse En resumen: Lo

Publicado por
Miguel Ángel Tranca - enviado especial | valladolid
León

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El Grupo Begar malgastó su penúltima opción de agarrarse a la ACB y ahora sólo le queda ganar sus cinco últimos envites y rezar para que el milagro surta efecto. Y todo por culpa de la derrota de los leoneses en Pucela, amarga e injusta, en un envite en el que los leoneses tuvieron en su mano un triunfo que a 2'55 minutos del final se asentaba con seis puntos de ventaja (63-69). Pero a partir de ahí con dos triples consecutivos de por medio la luz empezó a difuminarse. Ni el triple postrero de Urtasun que posibilitó la prórroga fue suficiente para que en el tiempo extra la suerte pasara de enemiga a aliada. El pulso entre dos equipos necesitados y con urgencias deparó precisamente eso, urgencias por sacar adelante el compromiso. El Begar fue el que primero encontró el aro rival. Un triple de Bulfoni al que siguió una acción de Evans situaban el marcador en un esperanzador 0-5 que pronto enjugó el Capitol de la mano de Eley, Evtimov y Santos. Fue el despertar de los castellanos que tras el 7-8 del minuto cinco aprovechó la sequía de los leoneses durante cuatro minutos para abrir una brecha de nueve puntos merced a sus diez consecutivos. Con 20-12 se cerraban los primeros diez minutos en los que las defensas habían superado a ataques erráticos. El Begar sabía que el alma le iba en el pulso y con la entrada de Otegui Sundov y Urtasun cambió el signo de la contienda. Precisamente Urko, con 8 puntos casi al unísono posibilitaba que los de Aranzana volvieran con fuerza al marcador llegando a igualar a 22 de la mano de Txemi. Y eso que los leoneses se veían en parte lastrados por las dos personales de Jackson y Barnes y la ausencia de un Hughes que el viernes se había autodescartado para viajar a Valladolid aquejado de dolores. A partir de ese momento y hasta el descanso se vivió un constante recital de canastas y cambios de dominio en el electrónico. El Begar se había puesto por delante con el 31-32 pero dos triples de Yebra recuperaban la delantera para el Capitol que fue de un solo punto tras 20 minutos después de que Yáñez, sobre la bocina, acertara con un lanzamiento de tres. La tensión se palpaba especialmente en la pista donde los peones dispuestos por Aranzana e Imbroda hacían de los nervios su peor enemigo. Y eso condicionó cada jugada hasta el punto de impedir que los márgenes a favor superaran los dos puntos. Con 3'36 por delante para finiquitar este cuarto Jackson posibilitaba que el Begar alcanzara cuatro puntos a favor que luego fueron cinco (47-52) y seis (50-56). Pero quedaban diez minutos por transitar y dada la igualdad de fuerzas cualquier cosa podía pasar. Sundov reforzó la ventaja visitante que llegaba a los siete puntos a ocho minutos de la mano de un triple de Bulfoni. El viento soplaba a favor del Begar que a tres minutos lo tenía en la mano con el 63-69. Pero lejos de serenarse los de Aranzana permitieron que Gomis y Boddicker, en un visto y no visto, empataran a 69. De ahí hasta el final un pulso eléctrico con personales a doquier y un 75-72 inquietante que Urtasun enmendó con el 75-75 sobre la bocina. La prórroga estaba servida y los nervios y la tensión cobraban si cabe más intensidad. El Begar empezó bien el tiempo extra con una canasta de Barnes y luego otra de Jackson. Fue la última vez que lograban ventaja porque en ese rosario de lanzamientos y personales el Capitol se mostró más atinado para sentenciar con el 94-88 final.