La Deportiva añora a De Paula

En un partido abierto, aunque con mayores oportunidades para la Ponferradina, los de Amaral consiguieron un punto de oro en Lezama, punto que puede ser a la postre importante una vez confirmada la derrota del Huesca ante el Lemona. Los bercianos demostraron su categoría y experiencia ante un filial del Athletic que lleva ya cinco meses y medio sin ganar en Lezama y que solamente ha conseguido dos puntos de los últimos veintiuno disputados. Con una nutirda y animosa presencia blanquizul en las abarrotadas gradas de Lezama, comenzó un partido nervioso en una primaveral tarde que presagiaba emociones y espectáculo. De hecho, se enfrentaban el líder y máximo goleador del grupo con el segundo conjunto más goleado, y en una situación complicada, aunque con fútbol en sus botas para intentar salir adelante. David Amaral, que había comentado durante la semana que lo importante era no dejarse sorprender por un buen equipo como el Athletic B, no pudo contar con Teo y De Paula, pero el equipo que se presentó con Borreguero y Elías por delante de la defesa e Irirzun en punta, no dejaba lugar a dudas de que su idea era ganar a los cachorros. Y así lo intentó la Ponferradina desde el inicio, ya que no se habían cumplido los primeros quince minutos y ya habían provocado tres peligrosos saques de esquina que Iago tuvo que alejar del área pequeña con sus puños. Además Marco Ortega le obligó a despejar en una gran intervención que dio paso a uno de los citados córners. Luego sería el navarro Irurzun el que no pudo aprovechar un error de la defensa local para, completamente sólo, batir al angustiado Iago. El filial intentaba defenderse con orden y salir en rápidas contras con Markel Susaeta, al que Caparrós permitió bajar al filial, para ayudarle en la complicada tesitura en la que se encuentra. El joven Adrien Goñi, con disparos desde el borde del área y el citado Susaeta de falta directa, fueron los que buscaron sorprender a Cabrero, mas éste estuvo serio y bien colocado para atajar los remates locales. En el último cuarto de hora, aumentó la presión de los bercianos, ahora totalmente dueña del esférico. Primero Rubén Vega, de cabeza, y luego Mantecón, desde el borde del área, lo intentaron pero sus remates carecieron de gol cerrándose prácticamente la primera mitad. No cambió el decorado tras la reanudación, pues los bercianos seguían monopolizando el balón, aunque ahora parecía hacer mella el calor y no empujaban con la fuerza de la primera mitad. Por ello, costaba mucho generar oportunidades claras de peligro diluyéndose el encuentro con el escaso juego que se desarrollaba en los compases iniciales. Aunque la emoción se matenía por el empate y por las noticias que llegaban de Huesca, donde los locales perdían ante un sorprendente Lemona. Y de esto no perdía detalle la afición de la Deportiva como entrenadores presentes en el palco de Lezama. La Ponferradina, sin apretar demasiado, volvía a llevar peligro en los saques de esquina, y de esta forma pudo adelantarse en el marcador. El capitán Bornes remató en una complicada postura tras uno de ellos y la pelota caía mansamente en las manos del meta vizcaino. Pero la mejor oportunidad llegaría a los veinte minutos cuando tras otro saque de esquina, Marco Ortega, que realizó una partido muy completo, remató raso y Markel Susaeta, secado por el citado defensor, sacaría la pelota de la misma línea de meta. Tras el susto, los bilbainos quisieron reivindicarse ante las repletas gradas (posiblemente la mejor taquilla de la temporada) y se acercaron sin éxito ante la sobriedad y experiencia de la zaga y portería de los blanquiazules. Antes del final, la Deportiva gozó de dos clarísimas ocasiones. Primero fue Fuentes el que pudo adelantar a los suyos, pero su remate salió desviado por muy poco. Posteriormente Rubén Vega careció de acierto en la última del partido cuando el encuentro ya estaba agonizando dejando el empate en el marcador.