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El Madrid acaba con el autobús de Clemente (1-0)

Un solitario tanto de Sneijder coloca a los de Schuster a nueve puntos del Barcelona El Atlético se deja dos puntos ante el Valladolid en el último suspiro (1-1)

Publicado por
Raúl Roldán - madrid
León

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El Real Madrid dio un paso de gigante en su lucha por el título de Liga. Ganó de una forma pobre a un indolente Murcia, que no hizo nada por ganar el partido y se limitó a dejar pasar los minutos. No obstante, al Madrid se le atragantó un partido que parecía muy sencillo ante el desahuciado club «pimentonero». Javier Clemente aparcó su anunciado autobús al borde del área de Carini y se limitó a esperar las embestidas del toro blanco. Bernd Schuster aceptó el reto y apostó por dos jugadores rápidos como Robben y Robinho para destrozar el planteamiento del baracaldés cuanto antes. El alemán no quería sobresaltos ante un equipo que está más cerca de Segunda que de Primera. El planteamiento inicial del entrenador alemán sufrió un desajuste con la expulsión de Miguel Torres. El lateral se ganó la roja directa por una entrada al tobillo de Aquino y obligó al entrenador alemán a jugársela. En vez de sacar a un defensa para completar la línea de cuatro, apostó por tres defensas. Gago sería el encargado de cubrir ese lateral cuando el Murcia atacase. El alemán tuvo suerte. El equipo de Clemente no se inmutó a pesar de tener enfrente a sólo diez futbolistas. Siguió con su autobús aparcadito, inmóvil ante la invitación de atacar. Ante esta situación, el Madrid cambió de plan. Al no tener tanta ventaja con las bandas, apostó por el tiro lejano y por los balones en profundidad de Guti. Quería romper los «cristales» del autobús murciano a base de balonazos. Sin embargo, tampoco funcionaba. Y el Madrid se ofuscó, al igual que Iturralde González, que se tragó un penalti al rubio centrocampista blanco y otro de Pepe a Aquino. Sneijder, al rescate La cosas cambiaron cuando Clemente ordenó cambiar el autobús por un mini-bus. Soltó a sus jugadores para que le buscaran las cosquillas al Madrid, que aceptó de buen grado el envite. Los blancos encontraron más huecos y tiraron diagonales para acabar con la zaga rival. Los blancos no veían puerta, hasta que llegó Sneijder. El holandés había estado apagado. Se había limitado a acompañar a Guti en la dirección, a tirar de lejos y a acompañar en los ataques. En una de estas subidas, recogió un rechace y lo puso en la escuadra. El tanto hizo que Schuster recuperara la línea de cuatro en defensa y que el Murcia se olvidara de sacar algo positivo de La Castellana. El Bernabéu rompió a aplaudir nada más acabar el partido, aunque con algunas dudas por despejar: Robben no termina de convencer, la defensa está un poco floja y quién dirigirá al equipo en Santander porque Guti vio la quinta amarilla. A pesar de estos problemas, el Madrid sigue encarrilado hacia el título.