Abelleira: reunión y puerta

El entrenador de la Cultural, Milo Abelleira, se reúne hoy por la tarde con los dirigentes del club leonés para tratar de llegar a un acuerdo y a continuación abandonar la disciplina culturalista pese a los dos años de contrato que tiene firmados. El técnico gallego asegura que en primer lugar emitirá un informe «a los que mandan en el club», para posteriormente «dejar en sus manos mi continuidad o no como entrenador para la próxima temporada. A mí me gustaría seguir, pero si el club no está a gusto conmigo, lo mejor será arreglarlo para bien de las dos partes». El fuero interno de Milo Abelleira deja entrever que tiene la sensación de que no va a seguir siendo entrenador de la Cultural, pero antes de irse pretende amarrar una buena parte de su contrato, aunque sea sin trabajarlo. Milo Abelleira sabe que no ha conseguido los objetivos planificados a principios de la presente temporada por la sociedad anónima deportiva y no ha alcanzado las metas fijadas por él mismo, cuando aseguró hasta la saciedad con el paso de las jornadas: «Este equipo jugará la fase de ascenso a final del campeonato regular». Para después acudir de manera interesada a otro discurso cuando vio que clasificarse entre los cuatro primeros era imposible: «Habrá que pelear por estar en la próxima edición de la Copa del Rey, que siempre es importante para un club con la historia de la Cultural». Cuando clasificarse para la Copa del Rey, que no deja de ser un objetivo que no consuela a nadie, se puso cuesta arriba, Milo Abelleira tuvo la sonrojante idea de afirmar públicamente: «Cuando llegué este club estaba próximo a los puestos de descenso y esta temporada no hemos tenido problemas para salvar la categoría». Sobran los comentarios. Abelleira no cuenta con el apoyo de nadie. Dirigentes, jugadores y afición están hartos de su conducta. Nadie le respeta y le han pedido continuamente que abandone la disciplina del club culturalista. Su marcha de León está próxima, salvo que se quiera hacer fuerte con sus dos años de contrato. Abelleira manifestó el domingo tras el partido: «Si un entrenador no consigue los objetivos, lo lógico es que se vaya, como ha ocurrido con Rijkaard en el Barça». Ojalá que hoy en la reunión con el club piense lo mismo. La afición se lo agradecerá.